En el Día Mundial del Alzhéimer, Orlando Vergara comienza la entrevista recordando por qué conviene que todos valoremos las neurociencias y la neurología. “Dentro de algunos años, una de cada cuatro familias tendrá un problema neurológico”. El director de Neurociencias de Novartis añade que solo la migraña golpea en España a 5 millones de personas. “Para Novartis es un área fundamental, al nivel de la cardiología, la oncología, las patologías respiratorias o la oftalmología”.
La compañía lleva 70 años desarrollando innovación en neurología con el foco puesto primero en el Parkinson y, en la última década, liderando avances en esclerosis múltiple y la citada migraña, donde ofrecen un fármaco específico capaz de prevenirla. En el medio plazo prevén abordar de frente enfermedades neurodegenerativas. Todo ello a pesar de la pandemia, que al menos en el plano mediático, ha arrastrado al olvido cualquier investigación que no tenga que ver con la vacuna del COVID-19.
Nueva cultura
“Hablar de nueva normalidad no nos lleva a ninguna parte”, señala Vergara, que opina que estamos siendo testigos de una aceleración de la transformación cultural de las empresas que va más allá de la revolución digital. “Las personas tendemos a restar importancia a aquello que vemos distante, pero cuando ha llegado el momento hemos abrazado una nueva cultura. Esta es una transformación de los individuos. De los trabajadores que tienen que gestionar trabajo y familia de una manera nueva; y de los empresarios que dirigen las organizaciones y han de encontrar caminos distintos. Las herramientas digitales ayudan”.
En Novartis también han cambiado el paso. “Del territorio físico del evento o el congreso nos hemos movido al terreno virtual”. Vergara destaca un tercer escenario, el social, que en su caso permite transformar la comunidad que integra la industria farmacéutica.
España es uno de los activos más importantes para la compañía en todo el mundo. A los más de 3.000 empleados y 1.200 millones de facturación, Vergara añade la pujanza del país en la cadena de I+D+i de la empresa. “España es y será uno de los centros más relevantes para la corporación”.
Una íntima relación entre ciencia y tecnología
En los últimos años, la eclosión de determinadas tecnologías ha facilitado el progreso de ciencia disruptiva. No hay vuelta atrás en esa permeabilidad bidireccional. “El cerebro es complejo, y la tecnología también, así que van de la mano”, apunta Orlando Vergara. Dentro del área de investigación clínica, en Novartis han sido capaces de desarrollar mini cerebros compuestos de una serie de células con un funcionamiento que simula la realidad. “Nos permite identificar posibles terapias. Hay enfermedades, como el Alzheimer, en las que es muy difícil estudiar efectos tempranos en el cerebro”.
Otro ejemplo, en el que entró en juego la innovación abierta, dio como resultado unas plantillas inteligentes destinadas a afectados por la esclerosis múltiple. En España, una de las maneras que tienen los neurólogos para medir la progresión de esta enfermedad pasa por el ‘Test de los 25 pasos’. Para realizar la prueba, es necesaria una alfombra sensorizada que identifican miles de parámetros, pero de que la que no todos los hospitales disponen. “Junto a la startup FeetMe lanzamos unas plantillas capaces de testar a estos pacientes con las mismas garantías, sin necesidad de que vayan al hospital. La Inteligencia Artificial y los datos otorgan a los neurólogos la capacidad de tomar decisiones terapéuticas”, detalla Vergara.
La pandemia y los daños que aún no se ven
Pese a admitir que la emergencia es máxima, Orlando Vergara se queda con una de las pocas buenas noticias que dejará la pandemia. “Asistimos a la mayor colaboración de la historia en el ámbito de la salud. Es algo extraordinario y lo mejor que nos ha podido suceder. Por primera vez países, instituciones, empresas e industria farmacéutica han unido esfuerzos”.
En este contexto, el director de Neurociencias de Novartis destaca cómo la compañía está colaborando estrechamente con la ‘Fundación Bill & Melinda Gates’, con la que comparte recursos y materia gris en el camino de mitigar los efectos del SARS-CoV-2 a través de tratamientos médicos, con la vacuna como Santo Grial y punto de inflexión en el cambio de rumbo de la etapa coronavirus.
Más allá de las olas con las que la pandemia nos golpee, parece evidente que sus efectos perdurarán a largo plazo en muchos de nosotros. “Ya asistíamos a una tendencia creciente de la ansiedad, la depresión, la falta de sueño… El COVID-19 agravará estos males y tenemos que estar ahí”, afirma Orlando Vergara. Pero la magnitud del problema será tal, que en Novartis quieren ir más allá del producto. “El fármaco debe ser una componente más en una estrategia amplia. Tenemos que aliarnos como parte de un ecosistema neurológico que estudie estas enfermedades y las consecuencias poscoronavirus”.
El responsable de la farmacéutica defiende así la necesidad de que ganen enteros dos pilares. “La defensa de la salud tiene que ser una prioridad. Gobiernos e instituciones están obligados a equiparse mejor ante un futuro incierto. Por otro lado, la seguridad de la salud, la prevención como vía por la que deben transitar empresas e instituciones”. Orlando Vergara cita un estudio reciente elaborado por la consultora Deloitte para comprender mejor este punto. “Alrededor de del 90 % de todo el gasto en fármacos va destinado a sintomatología o modificadores de la enfermedad. El resto se dirige a la cura y la prevención. En el futuro será a la inversa”.
La Novartis más emprendedora
“Las organizaciones que no se abran a la innovación morirán”. Orlando Vergara promueve llegar más lejos en un entorno colaborativo donde el objetivo de Novartis es “generar oportunidades de vida para las personas”. “Si localizamos una innovación interesante fuera de la compañía y la incorporamos o trabajamos con sus artífices, lo hacemos para brindar momentos preciosos a los afectados por una enfermedad neurológica. En la industria farmacéutica pasamos muchos años mirándonos el ombligo sin atender como merecía a un ecosistema emprendedor efervescente”.
Con esa hoja de ruta sobre la mesa, en los últimos tiempos Novartis ha duplicado su equipo de neurología en España. “Queremos convertirnos en la compañía de referencia en España en este campo”. Estos planes les han llevado a escuchar atentamente a los neurólogos y a los emprendedores. “Nos aconsejaron un giro radical y pasar del producto al servicio. Nacía así el proyecto ‘Reimaginar las Neurociencias’. “Nos posicionamos como facilitadores del ecosistema neurológico en España”.
“Al final esto va de crear algo bueno para el mundo, no de ser los mejores" (Orlando Vergara)
Esta nueva filosofía de trabajo se divide en tres líneas principales. Neuro Innovation ayuda a los emprendedores a llegar al mercado con sus ideas disruptivas en neurología. También lo hace en forma de retos lanzados a startups, universidades y todo aquel con una solución que defender. Con Neuro Mentoring, contribuyen a explotar la capacidad emprendedora de los neurólogos. Así nació el programa BRAINS4BRAINS, activado junto a la Sociedad Española de Neurología. Sirve además para que neurólogos veteranos y jóvenes intercambien percepciones y conocimiento. Neuro Academy, donde colaboran entre otros con IESE, ofrece formación de excelencia para neurólogos y un programa de becas.
La guinda del pastel es tangible. “Conviene disponer de un espacio donde poder ver y tocar, aunque en los últimos meses ha funcionado de manera virtual”, dice Orlando Vergara. El responsable de Novartis se refiere a la NeuroHouse, ubicada en Barcelona Tech City. Abierta en octubre de 2019, les dio tiempo a celebrar más de 70 sesiones, a recibir más 700 visitas y organizar varios ‘hackatones’. “Hemos sido la primera farmacéutica capaz de crear algo así”.
“Al final esto va de crear algo bueno para el mundo, no de ser los mejores. La única alternativa pasa por la innovación, los jóvenes y la academia. El sueño del equipo multidisciplinar del que formo parte es que nuestros hijos tengan un futuro mejor. Requiere tiempo, resiliencia y ganas, pero podemos hacerlo”, concluye Orlando Vergara.