En los Premios Fermina Orduña, la Comunidad de Madrid rinde homenaje a la primera mujer que registró en España un invento propio. En 1865, ideó y patentó un carruaje que transportaba ganado para vender a domicilio leche recién ordeñada. Como en años anteriores, la VII edición de los galardones, entregados este martes en la sede del Gobierno autonómico en la Puerta del Sol, reconocieron la trayectoria de personas que han innovado con su trabajo en nuevas tecnologías para el tejido productivo y empresarial.
Por un lado, han distinguido la trayectoria del físico Ramón Torrecillas, director General de Fundación General CSIC. El premio al trabajo como innovador de base científica menor de 40 años ha sido para el doctor en Psicología, Pablo Roca, experto en aplicar la IA a la salud mental.
Investigador y docente de la Universidad Villanueva, Roca obtuvo su doctorado en psicología clínica financiado por una beca Harvard - Universidad Complutense de Madrid. Su trabajo investigador se centra en el estudio de la eficacia y mecanismos de cambio de intervenciones psicológicas desde una perspectiva transdiagnóstica y multifactorial. Especializado en terapias de Tercera Generación, mindfulness, compasión y psicología positiva, es también co-fundador y CSO de la startup de transferencia científica Medea Mind.
Un problema global
Durante su intervención tras recoger el Premio Fermina Orduña, Pablo Roca recordaba que el galardón “más allá de mi figura”, supone “un reconocimiento a la importancia de investigar e innovar en salud mental”. El psicólogo ofrecía algunos datos sobre “uno de los retos sociales y sanitarios” de nuestra época: una de cada dos personas desarrollará un problema de salud mental a lo largo de su vida.
Pero lo peor es que en torno al 70 % de las personas que precisan un tratamiento, no obtienen lo que necesitan. A esto sumaba un problema añadido de eficacia: “Entre los que sí acceden a un tratamiento, alrededor de la mitad no logran una remisión completa de sus síntomas”. Y es que, a pesar de los miles de ensayos clínicos y de los millones de euros invertidos, “el tamaño y el efecto de los tratamientos en salud mental no ha mejorado significativamente en los últimos 50 años”.
En este contexto, Pablo Roca admitía que se ha propuesto arrojar luz sobre un asunto de máxima gravedad. “La innovación en salud mental se ha convertido en una materia de obligado cumplimiento. A esa tarea es a la que he dedicado mis fuerzas en los últimos años”. Frustrado por comprobar cómo la mayoría de sus estudios acababan en un cajón y tardaban demasiado en convertirse en soluciones reales para los pacientes, Roca optó por emprender y, junto a algunos colegas, fundó Medea Mind.
IA al rescate
La startup combina ciencia y tecnología para promover una salud mental de precisión. Pablo Roca y su equipo han desarrollado uno de los primeras sistemas de apoyo a la toma de decisiones en salud mental, capaz de predecir cuál es el profesional más adecuado para cada caso, identificar de forma rápida y precisa síntomas y decantarse por el tratamiento más óptimo. De manera reciente han lanzado un copiloto de los profesionales de salud mental basado en inteligencia artificial. “Es como si Chat GPT se hubiera sacado el doctorado en psicología”.
Buena parte de estos desarrollos los están aplicando en un proyecto paralelo: las clínicas Balanc3, pioneras en tratamientos basados en la evidencia y en llevar a los pacientes las nuevas tecnologías. “Como psicólogo, les puedo garantizar que hay pocas cosas más demandantes y desafiantes para la salud mental de un individuo que investigar o lanzarse a emprender”, argumentaba Roca sobre esa otra faceta que tantas horas de sueño le ha robado.
“En mi caso, me afecta por partida doble”, añadía. A la búsqueda de financiación para los estudios, hay que sumar la captación de inversión para desarrollar las soluciones propuestas de manera sostenible. “Es necesario aprender sobre finanzas y elaborar planes de empresa que garanticen la viabilidad de las soluciones en el tiempo”. Un emprendimiento científico como el de Medea Mind precisa además colaborar con hospitales (recoger datos de calidad es crucial) y con instituciones públicas “donde nadie te conoce. Abrir puertas es todo un desafío”. Roca ha aprovechado para animar a las instituciones a financiar y apoyar iniciativas de innovación y transparencia científica en salud mental.