Hay muchísima bibliografía sobre innovación empresarial para el que quiere estudiar sobre el tema pero me llega un libro que es curioso: motiva a aprender y profundizar sobre el tema. Su título es 100 conceptos de innovación empresarial y lo ha escrito Francisco González Bree; Paco Bree, que es como lo firma. Tiene, además, la virtud de no solo publicar un libro, sino dos. Me ha recordado a los malabaristas; yo llevo alrededor de 50 empezados y ninguno terminado.
El segundo título es Economía de acceso, donde plasma una metodología personal que merece la pena tener en cuenta porque, como el primero de los citados, motiva y ayuda mucho a desbrozar el camino hacia la comprensión de la innovación en su forma teórica y práctica.
Se inserta el tema en una corriente literaria que comenzó el año pasado, con lo que ha podido ser el fin del shock de la crisis y el principio de la interiorización individual y colectiva de que la Revolución digital va a seguir con nuevos episodios que nos sorprenderán y que, por lo tanto, aconseja a reflexionar sobre el cambio, uno más, de culturas, con lo que lleva aparejado de cambio de paradigmas y principios o valores.
En su 100 conceptos… Paco Bree también actúa de ilustrador, obras sobre las que ya he hablado algún a vez y que siempre me llevan a pensar que son las que hubieran escogido autores como Asimov o Dick para sus obras. Por eso es curioso, útil y sorprendente.
A la introducción, que hay que leerla con detenimiento, le siguen los 100 conceptos, pero no se asusten: todos tienen entre seis y ocho líneas, aproximadamente. Logran varias cuestiones importantes: enterarte de cosas que no sabías, aclararte sobre temas leídos que te generaban dudas, ampliar la capacidad de curiosear en temas nuevos y poner al día la capacidad de comprender que todo ha cambiado en la empresa y en la gestión de la misma.
Para que vean que no exagero pongo un ejemplo. Abro el libro por una página al azar y me encuentro el concepto número 71, que se corresponde con Patent Box:
“El político Richie Ryan, que fue ministro de Finanzas en su país, propuso en 1973 la posibilidad de reducir impuestos a los inventores que contribuyentes al desarrollo industrial y la mejora de la competitividad. Esas ideas son el origen del concepto…”.
Esto ocupa dos líneas y media de las ocho que le dedica y nos propone varias cosas: la primera, que el cambio previsto no es una cuestión de ahora. Una gran previsión política la de proponer hace casi 50 años un sistema que favorezca el no quedar descolgados de lo que se estaba viniendo encima. Otro, que se deduce del resto del texto que no he escrito es que afecta a todos los ámbitos, es decir a ámbitos industriales, comerciales o científicos.
Podría seguir con este ejercicio pero creo que sobra con un ejemplo y la capacidad de decir con pocas palabras lo que muchos no han podido resumir de un modo claro en varias páginas o minutos de una conferencia. Para mí, uno de los libros del año.