Aprender robótica como si se tratara de un juego de Lego. Con esta idea nació Parconier, una startup fundada hace poco más de tres años por tres uruguayos, Fernando Lema (32 años), Pablo Brera (33) y Gonzalo Gutiérrez (32), dos estudiantes de diseño industrial y un ingeniero eléctrico. Su misión: promover la enseñanza de la robótica en las escuelas.
Para ello, los emprendedores uruguayos han diseñado diferentes kits que permiten a profesores y alumnos “insertarse en el mundo de la robótica de una manera sencilla y divertida”, explica Brera. Pero estos permiten no solo aprender robótica, también son útiles en el aprendizaje de materias como física, química y matemáticas. Además, son versátiles, una vez obtenidos los conocimientos básicos, los usuarios pueden realizar proyectos más complejos.
“Nuestros kits están inspirados en la libertad de construcción de los de Lego”, afirma Brera. A la versatilidad de construcción de estas piezas se añade la posibilidad de imprimir más piezas con impresión 3D. De esta manera, los centros educativos pueden ampliar y modificar cada kit según sus necesidades pedagógicas.
La robótica no solo puede ser divertida, también ayuda a los alumnos a desarrollar “pensamiento computacional, programación, lógica, deconstruir problemas en etapas y design thinking”, según los emprendedores. Además, permite adaptar conceptos abstractos de ciencias a la práctica, para que “adquieran sentido y sean más fáciles de asimilar por los estudiantes”.
Robótica para todos
Los kits han sido creados para niños, desde los nueve años, hasta de último curso de secundaria. “En nuestro país están siendo utilizados desde los siete años hasta la universidad”, asegura Brera. Mientras que los más pequeños programan los robots prearmados utilizando lenguaje de bloques, los universitarios deben armarlos y programarlos con código Arduino (una compañía de desarrollo de software y hardware libres), que tiene más sensores disponibles. “La respuesta ha sido muy positiva”, afirma Brera.
No hace falta ser un experto para armar estos kits, los docentes solo necesitan tener conocimientos básicos de programación. “Estamos planeando este año generar vídeos tutoriales que permitan utilizar el kit a los docentes y padres que no tengan estos conocimientos”, señala Brera.
Los emprendedores han vendido hasta ahora 230 kits de tres generaciones distintas de robots (Mark Uno, Mark Uno.5 y Otus). Por ahora, lo han hecho en centros educativos de Uruguay, así como de Colombia, Argentina, Estados Unidos, Reino Unido, España, Suecia y Polonia. En Uruguay cada uno cuesta 380 dólares, en Europa, 280 euros.
El proyecto, que nació con un apoyo de la Fundación Ricaldoni, la Incubadora de empresas Ingenio y la Agencia Nacional de Innovación e Investigación de Uruguay, se llamaba en un inicio Mark Robots pero más tarde fue rebautizado para poder ser registrado en Estados Unidos y la Unión Europea.