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Paz Vega: "Hemos pasado de la cultura del esfuerzo a la cultura de la inmediatez"

La ingeniera informática lidera Aitaca, la startup que ha cambiado el paradigma de la medición corporal gracias a la inteligencia artificial. El proyecto es parte de la nueva edición de Lanzadera
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Con el objetivo de llevar más lejos la inteligencia artificial y multiplicar su impacto social, la ingeniera informática Paz Vega orientó su trabajo de fin de máster en IA a mejorar la detección de la desnutrición infantil. “Mi hermana es trabajadora humanitaria y me explicó que había mucho margen de mejora, así que cree una app que utilizaba computer vision con la que reducir la posibilidad de error e incrementar la eficiencia en el diagnóstico”, explica a Innovaspain. Sin darse cuenta, sembraba la semilla de su proyecto actual, Aitaca, donde aplica la IA a la medición corporal para distintas industrias. “Detectamos un problema no solucionado con las predicciones de talla. La fiabilidad de nuestra plataforma esquivan costes en devoluciones y puede llevar al incremento de las ventas”.

En Aitaca han entrenado distintos modelos de IA. Una parte está dirigida al procesamiento de imágenes. Utilizando su teléfono móvil, el usuario debe tomarse una foto con la que Paz Vega y su equipo llevan a cabo las mediciones. “No basta cualquier imagen, debe tener un formato específico. Ponemos a su alcance herramientas que faciliten la toma de la foto y su posterior envío. Una vez extraídas las medidas, eliminamos las fotos. En cuanto a la algoritmia, nos ‘pegamos’ constantemente con el estado del arte de la IA. Según evolucionan librerías, máquinas y capacidad de cómputo, mejoramos nuestra tecnología”, argumenta Vega.

Aportar ventajas

La iniciativa pisa un terreno sin abonar. “Las propuestas actuales de predicción de talla son válidas solo para cuerpos estándar. La tecnología disponible te pedirá que indiques el peso, la altura y la edad, poco más. Nuestro enfoque es muy distinto. Medimos el cuerpo completo y cruzamos esos datos con las tablas de tallas de las diferentes marcas”, asegura la emprendedora.

Aitaca ha empezado a comercializar su solución. En esta primera fase, el foco está en el segmento de las joyerías, donde ofrecen la medición de manos más precisa con la que ahorrar disgustos con la talla de los anillos. “Ahora encajan a la perfección”, indica Paz Vega. En cuanto la medición corporal, el salto al retail más ‘generalista’ llegará más adelante. “Por el momento nos hemos orientado al mercado B2B, como empresas de uniformes de trabajo que venden sus prendas a otras compañías. Hasta ahora, cuando uno de nuestros clientes ganaba una licitación, todos los empleados tenían que pasar por la fábrica para probarse la ropa. Ahora lo hacen desde su casa; la empresas recibe las medidas y las integra en el pedido”. 

La empresa no olvida su origen social y hace una apuesta por un uso ético y responsable de la tecnología. Además, tratan de llevar estos avances a todas las capas de la sociedad. “El año pasado desplegamos varios corners de medición en la Comunidad de Madrid. Nos sirvió como aprendizaje y corroboró que el público objetivo de la plataforma es diverso. Después de verano queremos llevar a cabo acciones en centros de mayores para enseñarles a utilizar la tecnología. Hablamos de personas que en este momento tienen vetada la compra online por falta de conocimiento”.

Una hoja de ruta exigente

Vega admite que el route map de Aitaca es exigente en cuanto al desarrollo de nuevos productos. La startup ha abierto una ronda de financiación que les ayudará a incorporar más funcionalidades y desbloquear otras verticales donde sus servicios serán de utilidad.

Recientemente entraron en Lanzadera, la aceleradora de empresas de Juan Roig. “Llegamos aquí con la idea de aprovechar el contacto con el ecosistema. Ya lo estamos viviendo, tanto a través de Angels Capital como colaborando con otros emprendedores que son parte del programa o accediendo fácilmente a proveedores. En suma, nos ofrecen una serie de facilidades para emprender en un momento en el que lo que no tenemos es tiempo”. Antes, Aitaca pasó por La Nave, el centro de innovación del Ayuntamiento de Madrid. “Con ellos aprendí a salir de la caja y a hacer comunidad. Estaba en mi casa programando, con el proyecto en ciernes, pero sin saber cuál era el siguiente paso. Por primera vez entré en contacto con la comunidad emprendedora y con el mundo de la financiación”.

Mujer STEAM

La ingeniera forma parte de varias asociaciones de mujeres tecnólogas y es habitual escucharla en foros donde analiza la brecha de género en el ámbito STEAM. “Es crucial que los referentes sean visibles. Los prejuicios en torno a la informática siguen muy vivos. En la universidad solo las estudiantes de mi carrera solo éramos el 1 % del total. Debemos lograr que las chicas que optan por estas disciplinas no se sientan raras o diferentes”.

Paz Vega opina que el descenso de vocaciones STEAM, más acusado entre las jóvenes, es un problema grave que acarrea consecuencias a posteriori. “Apenas un 15 % de los proyectos de emprendimiento están liderados por mujeres. Si la mayoría de las startups son de base tecnológica, pero en las aulas de ingeniería cada vez hay menos chicas, será difícil revertir la situación”.

La emprendedora nos deja una última reflexión que afecta a ambos sexos. “La cultura del esfuerzo debe estar ahí, tanto en la carrera como en el emprendimiento. La tecnología también nos está malacostumbrando a tenerlo todo de manera fácil y rápida. Hemos pasado a la cultura de la inmediatez, y el esfuerzo ha quedado enterrado. Conviene saber que el esfuerzo de hoy no dará frutos hoy ni mañana, sino más adelante. Es una cuestión de madurez y de resiliencia. No hay que rendirse. Creo que existen muchos símiles entre mi carrera en Aitaca y lo que viví en la universidad”.

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