Las pérdidas asociadas al cambio climático aumentarán a largo plazo en cerca de 70 billones de dólares, un 5% del coste económico total estimado. Esta es una de las conclusiones del estudio liderado por investigadores del CSIC que ha evidenciado que el carbono emitido a la atmósfera por la pérdida del permafrost –la capa permanentemente congelada del subsuelo de las regiones muy frías o periglaciares– en el Ártico, junto con el incremento de la absorción de la radiación solar por la superficie terrestre, acelerarán el calentamiento global.
“En términos económicos, estos resultados hacen que las estrategias de mitigación más ambiciosas, resultantes del Acuerdo de París sobre cambio climático, sean más atractivas, por ejemplo, limitando a 1,5 °C la temperatura global del planeta respecto al periodo preindustrial”, indica el investigador del CSIC Fernando Iglesias-Suárez, del Instituto de Química-Física Rocasolano.
Los investigadores han explorado simulaciones de modelos físicos complejos para cuantificar. Por un lado, el carbono que vuelve a la atmósfera como consecuencia del derretimiento del permafrost. Y, por otro, la energía solar extra que es absorbida por la superficie terrestre mientras se reduce el hielo marino y la cobertura de nieve, lo que provoca océanos y tierra más oscuros.
Todos los escenarios analizados por los científicos llevan a un aumento del coste total del cambio climático, un gasto que se deriva de los esfuerzos que se llevarán a cabo para cortar las emisiones y adaptarse a las nuevas situaciones climáticas, entre otros factores. Los impactos derivados del aumento de las temperaturas se reflejarán en la economía, en los ecosistemas y en la salud humana, así como en el aumento del nivel del mar.
Según informa el CSIS, los científicos esperan que sus investigaciones sirvan para entender mejor cuáles son los riesgos socioeconómicos que implica el cambio climático en función de diferentes escenarios y ayudar a los agentes políticos a tomar decisiones adecuadas.