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Cosentino

La vuelta al mar de corales y gorgonias gracias a pescadores 

La Fundación Biodiversidad da a conocer cuántos organismos marinos han recuperado desde que lanzaron el proyecto Life Ecorest
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Seguimiento de comprobación del estado de los organismos. (Imagen: Life Ecorest)

En marzo de 2022, Innovaspain recogió la presentación de Life Ecorest, un proyecto que coordina el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) y en el que la Fundación Biodiversidad actúa como socia, que tiene el objetivo restaurar cerca de 30.000 hectáreas de hábitats marinos profundos en Cataluña con la participación activa del sector pesquero.

Ahora, más de un año después, la Fundación ha presentado los resultados de su trabajo: más de 250 organismos que han sido capturados de manera accidental en las redes durante la actividad pesquera, han sido rescatados por los pescadores y recuperados en los acuarios instalados en las diferentes cofradías.

La situación era complicada: este proyecto funciona a lo largo del litoral de Barcelona y Girona, donde se estima que “más del 90% del fondo marino entre 50 y 800 metros de profundidad muestra signos de degradación”, lo que dificulta la regeneración de los recursos naturales. Y su importancia reside en que esta zona está considerada como “un punto de gran importancia ecológica debido a la alta concentración de especies en peligro, amenazadas o vulnerables”.

Entre esas especies vulnerables, esos organismos, se encuentran los corales y gorgonias que han sido rescatados por los pescadores durante el mes de campaña. Además, se han llevado a cabo 34 inmersiones con un vehículo submarino operado de forma remota (ROV) para realizar inspecciones visuales de dichas áreas, unos 80 kilómetros lineales, así como de zonas de control cercanas. Y así se ha podido recopilar información sobre los fondos marinos de 15 áreas vedadas a la pesca, las zonas de actuación y poder liberar los ejemplares recuperados.

Qué se ha devuelto y cómo

Los pescadores se han encargado de recuperar esos organismos, y los trabajadores del proyecto de devolverlos a su zona natural. Concretamente, informan desde la Fundación Biodiversidad, “se han devuelto 143 gorgonias de las especies Eunicella cavolini, Eunicella singularis y Leptogorgia sarmentosa, 106 corales blandos de la especie Alcyonium palmatum y algunos briozoos”. 

Todos se liberaron aguas cercanas a Vilanova i la Geltrú, Palamós y Arenys de Mar, a una profundidad de entre 90 y 140 metros. «Además, en Vilanova se pudo comprobar el éxito de supervivencia de estos organismos tras visualizar, a través de un ROV, que las gorgonias se habían asentado correctamente en el fondo”, aseguran.

Asimismo, cabe destacar que en octubre del año pasado descubrieron la presencia de otra especie amenazada, Funiculina quadrangularis, un penatuláceo -o pluma de mar- que se ha encontrado en estos primeros muestreos “en mayor densidad de la esperada, de acuerdo con su experiencia» y la situación de otras zonas. 

“Registros históricos indican que esta especie era muy abundante y solía extraerse de forma accidental en gran cantidad en las redes de pesca de arrastre, sin embargo, actualmente solo se observan colonias aisladas”, indicaron en su momento. Todavía queda por hacer en el litoral catalán.

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Imágenes submarinas de los corales y las gorgonias devueltas a su hábitat. (Imagen: Life Ecorest)

Seguimiento

Por otro lado, tras devolver lo recogido por pescadores, el grupo de trabajo ha hecho un seguimiento para comprobar el estado de los organismos, los suelos o la viabilidad de la iniciativa. Y cuentan con buenas noticias, porque “se ha observado diferencias entre las zonas actuales de pesca y aquellas donde existe veda desde hace más de un año”. 

De este modo, “en las primeras, el fondo marino se encuentra más liso y con marcas de los artes de pesca, mientras que en las zonas protegidas se ha podido observar una tridimensionalidad natural, creada por la propia fauna que habita los fondos, que es, además, más abundante”.

También en cuanto al seguimiento, tanto en octubre del 2022 como ahora -que es la segunda campaña- se fondeó un Lander, una estructura que incorpora una cámara y distintos sensores ambientales. 

“Se trata de un sistema de muestreo cuantitativo y no invasivo que se posiciona en el fondo y trabaja estático y de forma autónoma durante diferentes intervalos de tiempo. En este caso, el Lander ha permanecido fondeado en una zona de sustratos blandos cerca de seis meses y ha sido recuperado durante esta segunda campaña”. Su misión: tomar imágenes del fondo cada 30 minutos, procesadas y analizadas posteriormente por el equipo científico en los próximos meses.