Matías Moya ansía el momento en el que su producto deje de ser una innovación y se naturalice por completo, como una parte más de la vida cotidiana. El CEO de Photio explica al teléfono cómo cada pared con la que se toparon resultó ser simplemente una esquina que los desvió hacia la dirección correcta para crear un aditivo —para pintura, telas y otros materiales— capaz de replicar el proceso de fotosíntesis de las plantas. El invento le ha valido a Moya ser nombrado uno de los innovadores latinoamericanos menores de 35 años de 2022 por el MIT Technology Review. El equipo está persiguiendo una patente internacional en Estados Unidos y una serie de acuerdos para que su aspiración se vuelva una realidad.
En 2019, cuando Moya habló por primera vez con Innovaspain (el primer medio que lo entrevistó como creador de Photio) su empresa estaba despegando. Él y sus dos cofundadores sospechaban que el producto podía cambiar el mundo. Hoy, tres años y una ronda de financiación después, están seguros de que lo hará. Como la mayoría de los grandes inventos, su aditivo nació gracias a la necesidad de resolver un problema simple. Según explica Moya, todos habían trabajado en minería antes y se habían propuesto buscar una forma de hacer que las minas —un pilar económico para las familias del norte de Chile— sean más seguras.
La contaminación dentro de las minas, cavidades cerradas sin casi circulación de aire y en las que se concentran gases nocivos, era uno de los principales problemas operacionales y de salud al que se enfrentaban los trabajadores de esta industria. «Esa fue la motivación para hacerse la pregunta que está detrás de Photio: ¿Cómo podemos plantar árboles sin plantar árboles? Esto nació en parte gracias a las limitaciones que nos ponía el contexto minero”, explica Moya. Las restricciones del ambiente en las minas fueron la clave para la flexibilidad en las aplicaciones actuales de su aditivo.
El equipo encontró la respuesta a sus problemas en la nanotecnología y, tras dos años de investigación, lanzó un prototipo en 2019. No solo exploraron materiales y reacciones químicas, sino también el mercado y la posibilidad de que el producto sea rentable. “En un principio queríamos crear un recubrimiento”, apunta Moya. Sin embargo, se dieron cuenta de que la inversión para una fábrica de pintura era muy alta. “Los límites en la financiación nos llevaron a crear el producto con la característica que hoy lo hace más competitivo: su versatilidad”. Al no tener la capacidad monetaria para producir una pintura, los investigadores apuntaron al aditivo que hoy se puede colocar en cualquier superficie o material. “Así nació Photio como una plataforma de descontaminación”, concluye el experto en contaminación atmosférica.
El proyecto no está enfocado hacia un sector industrial específico, lo que provoca que el equipo de Photio amplíe sus posibilidades de negocio y los efectos positivos que su producto puede traer al mundo. Moya cree ciegamente en los beneficios que Photio reportará al medio ambiente. “En primera instancia queríamos impactar la vida de los mineros, pero después nos dimos cuenta de que habíamos desarrollado una herramienta más potente que podía impactar la vida de ciudades enteras”.
La empresa ha conseguido escalar la tecnología muy rápidamente gracias al interés que ha despertado su primera ronda de financiación. “Hoy en día la ciudadanía, las entidades públicas y las empresas esperan respuestas. Están buscando tecnología que realmente les permita reducir su huella de carbono”, explica Moya. En ese sentido, la empresa ha sido muy atractiva tanto para la inversión privada, como para la pública. “El componente social está ahí, pero con una base científico-tecnológica que resuelve un problema real por el que ahora muchas personas están dispuestas a pagar”, asegura.
El CEO explica que 2023 será el año en el que Photio se convertirá en una realidad comercial, después de dos años de trabajar en la investigación, desarrollo y pruebas del producto. La empresa espera abrir una segunda ronda y consolidarse en el mercado chileno —donde ya han pintado miles de metros cuadrados— y abrirse paso en el latinoamericano como una opción viable y atractiva para responder ante la contaminación. “Creemos que tenemos una tecnología muy potente y queremos marcar la pauta en temas de sostenibilidad. Pensamos que podemos se parte de un cambio”, agrega Moya, “que la gente pueda decir: ‘soy parte de la solución’ y que resulte tan fácil como pintar tu casa, vestir una ropa con Photio o comprar un mueble de cuero sintético que tenga incorporada nuestra tecnología”.