Hace dos años, Innovaspain ya contaba la problemática sobre los fraudes eléctricos provocados por las plantaciones ilegales de marihuana. Unos cultivos que representan hoy alrededor del 37% de la energía defraudada en toda España en 2023. Un 83% más que hace cinco años, lo que equivaldría a unas pérdidas de 2.000 millones de euros anual. Son cifras preocupantes que crecen año a año. Sólo Endesa, sin contar con otras empresas, detectó en 2023 150 manipulaciones ilegales en la red al día. Ahora, la compañía energética colabora con las fuerzas del orden para frenar el auge de los cultivos ilegales.
José Manuel Revuelta es el director general de Redes de Endesa e indica que, para que nos hagamos una idea de la dimensión del problema del consumo ilegal asociado a las plantas de marihuana, hay que tener en cuenta que “el consumo de energía el año pasado sería el equivalente a toda una ciudad como Sevilla consumiendo energía para producir toda ella marihuana”.
Entonces ¿cómo detectar estos enganches ilegales a la red eléctrica? “La detección de las plantaciones de marihuana es cada vez más compleja debido a la enorme profesionalización de las bandas organizadas que llevan a cabo esta actividad”, asegura Revuelta. De ahí que utilicen siempre “las técnicas más avanzadas, como por ejemplo las asociadas, análisis de datos, machine learning, inteligencia artificial y, por supuesto, al trabajo en campo de nuestro personal, con todos los problemas de seguridad asociado a la presencia de grupos cada vez más violentos”, especifica.
Del mismo modo, el portavoz de la compañía lamenta que la reincidencia es muy común cuando hacen una intervención junto a las fuerzas del orden para desactivar estas instalaciones. Es más, asegura que “se han vuelto a reenganchar con una nueva instalación ilegal, de forma que, de nuevo, volvemos al punto inicial de problemas de suministro”.
Los problemas de los enganches
Más allá del delito contra la salud pública, los efectos que producen este tipo de plantaciones ilegales son múltiples. Al menos, así lo destaca Revuelta: “Lo más grave son los problemas para la seguridad física de aquellos que manipulan las instalaciones y también para aquellos que conviven en el entorno de estas plantaciones ilegales. La reincidencia también es un aspecto muy relevante”.
En todos los casos tienen instalada potencia eléctrica suficiente para abastecer el mercado esperado de la zona. “Lo que ocurre es que este se ve saturado por la presencia de estos cultivos ilegales de marihuana y, aunque nosotros constantemente incrementamos esta potencia eléctrica, -para satisfacer aquellos consumidores que tienen contrato-, es automáticamente detectado por las bandas que plantean nuevas plantaciones. Con lo cual, volvemos otra vez al punto inicial”, que señala, por tercera vez, el problema de la fácil reincidencia de las bandas.
Según la información proporcionada por Endesa, durante el pasado año, se incendiaron 14 centros de transformación sólo en Sevilla y Granada por sobrecargas derivadas del fraude. Y es que, al parecer, en algunas zonas, acaparan “hasta el 80% del consumo eléctrico”, sin contar con que “los sistemas de iluminación y ventilación utilizados para acelerar el crecimiento de las plantas funcionan mediante enganches ilegales que causan estragos en la red eléctrica”.