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Cosentino

Plantas que producen nanopartículas para luchar contra el covid

Un proyecto del CSIC y la UPV utiliza plantas de la especie Nicotiana benthamiana para neutralizar anticuerpos actuando como “biofactoría”
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La planta Nicotiana benthamiana, investigada por el equipo IBMCP. (Imagen: UPV)

El SARS-CoV-2, el coronavirus que azotó el mundo en la pandemia de 2020, tiene ahora en las plantas un enemigo. Concretamente, en la Nicotiana benthamiana, una especie que el CSIC y la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) están investigando para utilizarlas a modo de “biofactorías” que produzcan nanopartículas por las que puedan viajar mejor el fármaco.

José Antonio Darós, profesor de investigación del CSIC en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP) -equipo que ha conseguido el hito, con la colaboración de I2SySBio y la Universidad de Valencia-, lo explica mejor: “Utilizamos las plantas como una fuente de reactivos que nos pueden permitir luchar contra el SarsCov-2. Son reactivos que se pueden usar en test de diagnósticos y, potencialmente, aunque obviamente todavía quedan por hacer muchos estudios para ello, se pueden usar para neutralizar el virus”.

“En este caso -continúa-, nosotros hemos trabajado para luchar contra una infección viral, pero se puede trabajar también en anticuerpos específicos contra células cancerosas y, por ejemplo, pues potencialmente esos nanomateriales se podrían utilizar en terapia contra el cáncer o en, de nuevo, detección de células cancerosas, etcétera”.

Así, de la misma forma que se puede extraer un compuesto producido de forma natural por una planta, “nosotros inducimos la producción de la molécula que queremos, en este caso las nanopartículas recubiertas con nanobodies”.

Cómo funcionan los nanobodies

Cabe indicar que los nanobodies son, en terminología científica, anticuerpos monoclonales de cadena simple. Básicamente, estos se “pegan” a virus, bacterias o células tumorales para eliminarlos. Los de este proyecto actúan de hecho contra la proteína S del SARS-CoV-2, la que permite al coronavirus infectar las células. “Nosotros utilizamos la capacidad de los virus para infectar a las plantas de forma rápida y sistémica, insertando en el genoma del virus el gen que codifica el anticuerpo que quieren producir”, señala Darós.

En vez de generar nanobodies como moléculas individuales, los desarrollan con escalas nanométricas. Y la nanopartícula que utilizan es la partícula del virus, que se fusiona con un anticuerpo.

“Al autoensamblarse estas proteínas estructurales obtenemos macromoléculas multivalentes, que presentan cientos de repeticiones del anticuerpo en cuestión”, cuenta el investigador. “Así aumenta su capacidad de acción, ya que los nanocuerpos multivalentes muestran una avidez mayor hacia su diana y, por tanto, son más potentes para neutralizarla”.

Aun así, como indica anteriormente Darós, no sólo sirve para el coronavirus. Estas plantas pueden actuar como biofactorías donde se produzca cualquier nanopartícula. El reactivo en los test de diagnóstico antes mencionados es un ejemplo claro de uso.

Y hay otras ventajas: bajo coste de producción -al fin y al cabo, son plantas-, que no tengan contaminación con patógenos humanos, se puede escalar fácilmente la producción y la capacidad de realizar modificaciones postraduccionales similares a las de las células de mamíferos, entre otras.

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Parte del equipo de investigación, con las plantas actuando como biofactoría. (Imagen: UPV)

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