Plasma de convalecientes para luchar contra el COVID-19

El doctor Juan-Manuel Anaya Cabrera, director del Centro de Estudio de Enfermedades Autoinmunes (CREA) de la Universidad del Rosario (Colombia), lidera un proyecto en torno al plasma de personas recuperadas para pacientes con el nuevo coronavirus
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Muestras de plasma de convalecientes de COVID-19. Foto: UNAL.

El médico alemán Emil Adolf von Behring fue el primero en hablar de la técnica de plasma de convalecencia. Von Behring y otros investigadores demostraron que por medio del plasma sanguíneo los anticuerpos podían ser transferidos de una persona o animal a otra persona, que también se volvía inmune. En 1900 Von Behring introdujo el suero de caballos inmunes como método para curar y prevenir la difteria un año más tarde este bacteriólogo recibió el primer Nobel de Fisiología o Medicina por lo que hoy se conoce como “inmunidad pasiva”.

Aunque por ahora todavía no existen tratamientos eficaces para abordar el COVID-19, la enfermedad por el virus SARS-CoV-2, un informe reciente de la OMS indica que los primeros resultados con el uso de plasma de convaleciente (PCC) sugieren que puede ser una modalidad de tratamiento potencialmente útil para el COVID-19.

Cabe precisar que la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) advierte que el plasma convaleciente COVID-19 está regulado como un producto de investigación y que aún no ha sido aprobado para su uso por la FDA. El único ensayo controlado con este tratamiento no mostró grandes diferencias, según precisa la Agencia Sinc. Aunque este solo fue realizado con 100 pacientes y finalizó prematuramente. Otro estudio con 86 pacientes fue abandonado la semana pasada, tras no observar diferencias en los niveles de anticuerpos neutralizantes de los donantes y receptores.

Pero en Colombia, hay científicos que investigan su eficacia. Según reporta el portal Clinical Trials –donde se registran todos los ensayos mundiales–, actualmente Colombia cuenta con siete estudios en desarrollo relacionados con el uso de plasma para el tratamiento del COVID-19.

Este plasma, que es la parte líquida de la sangre y que abarca cerca de un 55% de la muestra, contiene más de 1.000 proteínas identificadas, en las cuales están los anticuerpos benéficos para el paciente enfermo. 

“El plasma de convaleciente es una inmunidad pasiva, es decir, se transfiere de un paciente recuperado los anticuerpos y otras sustancias del sistema inmune que, se espera, le sirvan al paciente que lo recibe para su completa recuperación. El plasma tiene actividad antiviral y además propiedades inmunoreguladoras”, ha explicado el doctor Juan-Manuel Anaya Cabrera, director del Centro de Estudio de Enfermedades Autoinmunes (CREA) de la Universidad del Rosario e investigador principal del proyecto PC-COVID-19, el único del país con la aprobación de las autoridades reguladoras (INVIMA), publicado en Autoimmunity Reviews. Este tratamiento no sustituye una posible vacuna.

“Se observa que la terapia posee un mayor porcentaje de eficacia si se aplica tempranamente”, ha añadido.

Según el doctor Anaya, esta técnica presenta resultados prometedores, que van desde reducir la mortalidad de la enfermedad, promover la cohesión social, disminuir la curva epidémica, la estancia hospitalaria, el uso de ventiladores, entre otros beneficios.

“Nuestro estudio tiene dos partes (fases). Una es el estudio piloto, que ya hemos iniciado. Se trata de estudiar 10 pacientes. Ya vamos en más de la mitad. La segunda fase, es el estudio controlado-aleatorizado en 90 pacientes (45 en cada grupo). Esperamos iniciarlo cuanto antes”, ha añadido. El plasma se obtiene de donantes recuperados de COVID-19 en Colombia. Luego se hace una transfusión de este a pacientes infectados.

El donante ideal

El 70 % de un buen resultado con esta técnica depende de la selección del donante, que debe cumplir con unos requisitos, entre ellos, que se haya recuperado, que esté libre de cualquier infección y que el plasma sea de buena calidad, es decir, que tenga los títulos de anticuerpos.

Según datos de la Universidad de Chicago, los hombres mayores de 60 años que hayan estado hospitalizados y que presentaron cuadros de fiebre y fatiga, pero con ausencia de mialgia (dolor muscular), se consideran como los candidatos predilectos para ser donantes.

Para obtener una muestra ideal por parte del donante se debe esperar entre 14 y 30 días después de su recuperación. En especial, se busca aquellos individuos que hayan estado en unidades de cuidados intensivos pero no entubados, ya que ellos presentan la mayor cantidad de anticuerpos.

Beneficios en pacientes

Estudios reportan que el plasma presenta actividad antiviral, en la cual se observa una disminución de la carga viral entre el día siete y diez después del inicio del tratamiento, y también aumentan los anticuerpos neutralizantes.

Asimismo, presenta efectos inmunomoduladores, gracias a los anticuerpos que bloquean las citoquinas pro inflamatorias, modulan el complemento y bloquea los auto anticuerpos que se generan en estos pacientes, sobre todo en aquellos que presentan fenómenos trombóticos.

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