La historia y desarrollo de Cartagena se podría explicar a través del interés que ha despertado su puerto. Con una bahía natural protegida por cinco colinas y excelentes conexiones marítimas con África, el Mar Mediterráneo, el norte de Europa y, más adelante, América, a lo largo de la historia se ha convertido en un codiciado objeto de deseo por diversas civilizaciones.
Fundada como ciudad púnica por el cartaginés Asdrúbal el Bello en el 227 a. C., alcanzó su máximo esplendor cuando Publio Cornelio Escipión la capturó para la República Romana y convirtió su puerto en uno de sus principales centros de importación y exportación de mercancías. Posteriormente fue ocupada por visigodos, bizantinos y árabes; y sufrió el asedio de vándalos, ingleses, franceses y piratas berberiscos.
Este crisol de culturas y su privilegiada ubicación ha ido configurado una potente estructura económico-administrativa en torno al Puerto de Cartagena. Actualmente, la actividad del puerto genera unos 15.000 puestos de empleos directos e indirectos y representa en torno a un 3 por ciento del PIB de la Región de Murcia y un tercio de la economía de Cartagena. Asimismo, es una potencia mundial en la comercialización de granel líquido y sólido, lo que le ha permitido cerrar el año 2020 situándose en el primer puesto del ranking nacional en el total de mercancías portuarias importadas y exportadas.
Pero no solo lo han convertido en uno de los principales puertos comerciales del país sino también en uno de los más turísticos. El agradable clima mediterráneo cálido, la proximidad de las playas urbanas, los tesoros romanos que aún se conservan, el encanto de los edificios modernistas que han brotado en los últimos años y una vibrante oferta cultural explican el resto de ingredientes para consolidarlo como el octavo puerto español en número de turistas que llegan a través de cruceros.
Una tendencia turística que iba al alza hasta que se cortó bruscamente con la irrupción en escena del COVID-19. Según datos del Ayuntamiento, sólo con la suspensión de la llegada de cruceros, se perdieron a más de 200.000 turistas y algo más de 80.000 tripulantes, lo que supone alrededor del 20 por ciento del turismo regional. Un terrible mazazo para una ciudad con una gran dependencia del turismo, lo que se traduce en reducción de ingresos y cierre de negocios locales.
En este contexto, Yolanda Muñoz, presidenta de la Autoridad Portuaria de Cartagena (APC), cuenta a Innovaspain que se han marcado como reto convertirse en “palanca de recuperación de la crisis económica derivada de la pandemia”. Esto les ha llevado a ser el primer puerto español en presentar un Plan de Acción Inmediata para los años 2020-2022, con 200 millones de euros de inversión pública destinados directamente a ayudar a las empresas y apostar por el crecimiento y remodelación del puerto.
El Plan cuenta con 50 medidas divididas en 12 bloques y cinco líneas de actuación. Una de ellas es la creación de una gran Plaza Mayor en el puerto para convertirlo en el centro neurálgico de la ciudad, que se acomode a la vida diaria de los ciudadanos y se erija como un lugar atractivo, dinámico y moderno para los turistas nacionales e internacionales. Según nos cuenta Muñoz, “este proyecto pretende poner en valor su patrimonio histórico y arqueológico e integrarlo en el día a día del ciudadano”.
Plaza Mayor también pretende incorporar nuevos usos a los 1,5 kilómetros de fachada marítima para darle más valor y convertirla en una atracción para los turistas que lleguen a Cartagena. “Contamos la singularidad de que la Terminal de Cruceros está junto a la ciudad. Los cruceristas bajan del barco a pie de ciudad y tenemos la oportunidad de crear un gran escaparate atractivo, vivo e innovador para que Cartagena siga creciendo turísticamente”, explica la presidenta de la APC.
En su opinión, “Cartagena no ha tocado techo en materia turística, tiene por delante grandes retos y el Puerto de Cartagena va a formar parte de ese trabajo a través de la alianza Puerto-Ayuntamiento de Cartagena-Comunidad Autónoma que se está desarrollando, una colaboración exigente que nos está permitiendo avanzar en proyectos que repercuten en un beneficio para la ciudadanía”.
En la misma línea se expresa, Ana Belén Castejón, alcaldesa de Cartagena, que asegura que el proyecto Plaza Mayor será clave en la recuperación turística. “Para quienes llegan por mar o por Santa Lucía, la primera imagen que reciben de la ciudad es la del paseo Alfonso XII, donde se va a desarrollar el proyecto de Plaza Mayor. Actualmente esa imagen es fría por la falta de espacios de sombra, de zonas verdes y de actividad. Con el nuevo proyecto se conseguirá cambiar esa percepción; se incrementarán las actividades y también se acercará mucho más el puerto a los propios cartageneros”.
Una ventana para disfrutar del puerto
Este ambicioso proyecto abarca 243.000 metros cuadrados y está pensado para crear espacios para el descanso, el deporte, la cultura, los grandes acontecimientos regionales, el ocio de los ciudadanos, además y los locales comerciales. Se licitó en un concurso de ideas cuyo jurado estuvo compuesto por un equipo técnico multidisciplinar de distintas administraciones públicas, universidades y colegios profesionales.
Para su valoración se tuvo en cuenta la idoneidad de los proyectos presentados y su adecuación a las exigencias del pliego, dando solución a aspectos urbanísticos de mejora de la permeabilidad y conexión del puerto con el resto de la ciudad. Durante el proceso de selección se contó con la participación de los vecinos, los cuales pudieron participar y expresar sus sugerencias y opiniones en una fase de exposición pública, que posteriormente fueron estudiadas por el equipo técnico para incorporarlas al proyecto.
Se presentaron un total de once proyectos del cual salió ganador ‘La Ventana del Puerto’. El artífice, José Manuel Chacón, ha detallado que su propuesta está concebida para convertir al puerto en un foco público de atracción de convivencia ciudadana a través del refuerzo de la actual oferta con nuevas acciones en el ámbito cultural, creando nuevos espacios museísticos y poniendo en valor los existentes, como el Museo Urbano de la Armada y la Navegación.
Entre los planes también se encuentra hacer un edificio de planta baja, donde se ubicaba la antigua galería comercial a la entrada a la terminal de cruceros, para acoger negocios relacionados con el Club de Regatas y servicios para los cruceristas y albergar una sala de exposiciones donde informar a los visitantes sobre actividades culturales y sobre tradiciones cartageneras. El proyecto incluye la ampliación de la terminal de cruceros con una zona de recepción de pasajeros y control y revisión médica, entre otros servicios.
El amante proyecto también plantea cambiar el asfalto por vegetación, el CO2 y el ruido por aire limpio y silencio. Entre los elementos que ayudarán a impulsar la sostenibilidad y el respeto medioambiental hay que destacar un bosque urbano permitirá paseos a la sombra a lo largo de todo el escenario, un centro para la experimentación de la navegación y carpintería de ribera y un acuario gestionado como centro de investigación y divulgación de la fauna y ora autóctonas. Además, la iniciativa de Chacón también propone crear la plaza ‘Cartagenas del Mundo’, un escenario versátil con pérgolas móviles, juegos infantiles, pistas deportivas y, en definitiva, todo tipo de elementos y actividades que inviten al cartagenero y a los turistas a reencontrase con el mar.
Todas estas medidas se implementarán desde el respeto hacia la integración y conservación del patrimonio cultural y todo el valor productivo que supone la muralla de Carlos III –fortificación defensiva que se conserva parcialmente— y el resto del legado histórico de la ciudad, nos aseguran desde la Autoridad Portuaria. En definitiva, el propósito de este proyecto es configurar la Plaza Mayor de Cartagena como carta de presentación de futuras actuaciones, de la autenticidad cultural e histórica del puerto y la ciudad, e implicar en todo momento a profesionales y vecinos.
A la oferta cultural se unirá una nueva y potente oferta gastronómica y de ocio que actualmente está desarrollando la iniciativa privada y que ayudará a aprovechar el uso de las explanadas. Por supuesto, como nos indican desde el Ayuntamiento, esto tendrá que esperar a un futuro postcovid.
El primer ladrillo de una gran transformación
El plan de transformación del puerto no se limita a los 243.000 metros cuadrados de Plaza Mayor. Esto sólo correspondería a la primera de las cuatro fases que se engloba dentro de un ambicioso proyecto de remodelación de todo el frente marítimo que cuenta con una dotación económica de más de 25 millones de euros y una duración estimada de 10 años.
La mencionada primera fase ya está en desarrollo y culminará en la primavera de 2022. Las tres siguientes fases están esbozadas pero aún tienen que validarse. El principal objetivo pasa por recuperar la zona del Espalmador como un lugar de encuentro de los cartageneros. “Aún estamos definiendo los usos, pero les aseguro que su transformación no dejará indiferente a nadie. Ya no solo será un paso de deportistas que transcurren por la zona en su camino a las baterías de costa, no, será un lugar donde parar, descansar y disfrutar también de este pedacito de ciudad”, afirma la presidenta de la APC.
Además, se busca seguir apostando por la integración Puerto-Ciudad con nuevos usos para activar la vida social, cultural y deportiva en esta zona; y ampliar espacios portuarios en una redistribución que garantice mejores infraestructuras y servicios. También mejorar accesos, potenciar la movilidad y garantizar la seguridad, que incluirá la construcción de un carril bici y una senda peatonal que conectará nueve kilómetros desde el Faro de Navidad a Cala Cortina.
Por último, esta inversión incluye también actuaciones de rehabilitación y construcción de nuevos diques que garanticen la accesibilidad y seguridad con el objetivo de ampliar la zona de maniobra en la futura dársena de El Espalmador. Con este paquete de medidas, Cartagena pretende volver a maravillar al mundo como en la época de Cartago Nova y salir de la crisis pandémica con una nueva cara que encandile tanto a turistas como a sus propios habitantes.