En los últimos días hemos visto como una de las grandes tecnológicas de EEUU ha cambiado el nombre a su matriz empresarial. Se trata del caso de la red social Facebook cuya empresa ahora ha pasado a llamarse Meta.
El cambio de denominación es un paso por el que otras empresas tecnológicas ya han transitado, como por ejemplo Google, que en 2015 denominó a su compañía matriz Alphabet, pero manteniendo el nombre a su famoso buscador.
El cambio de nombre de Facebook responde a varios motivos. El primero de ellos es una cuestión simplemente de gestión empresarial donde el producto inicial era la empresa, pero que, por motivos de diversificación con el paso del tiempo, la empresa es mucho más que el producto inicial y ha de diferenciarse empezando con el propio nombre. Así, Facebook era más que una red social, el entramado de marcas y proyectos bajo el paraguas de Facebook, como Instagram, Oculus o Whatsapp entre otras, ya requería poner orden y buscar una marca que diese cobijo al resto.
El segundo de los motivos de la incorporación del nuevo nombre es para comunicar de forma clara la nueva estrategia empresarial. Una estrategia ya iniciada por Zuckerberg hace años y que pasa por el posicionamiento como líder en la idea del metaverso.
El metaverso no es una tecnología en concreta sino un concepto que busca explotar Meta. Se trata de un nuevo ecosistema en realidad virtual que tendrá por objetivo conectar a personas de todo el mundo de una forma inmersiva a través de entornos tridimensionales.
La realidad virtual en Internet no es un concepto nuevo, todo lo contrario, pues comenzó con algunas iniciativas sociales como Second Life en 2003, o con la aparición del lenguaje VRML que permitía la programación de mundos virtuales navegables desde cualquier explorador. Ninguna de las iniciativas logró traccionar y quedaron en el olvido.
El tercero de los motivos para la introducción de la denominación Meta es quizás uno de los más notables y que mayor número de noticias y comentarios ha generado. No se puede obviar los numerosos escándalos que la red social Facebook tiene abiertos en cuanto a los escapes de datos como el caso de Cambridge Analytics. Facebook es una de las empresas que mejor capitaliza los datos que los usuarios generan en la interacción con la red social, de hecho, los datos que generan los usuarios en la red crean un perfil de cada uno de ellos de tal profundidad que permite a los anunciantes generar una tasa de atención muy alta, y no sólo esto, sino que permiten a la red social realizar predicciones de comportamiento de alta probabilidad de ocurrencia.
Tal es la magnitud de la ciencia de datos utilizada por Google, y tan grande su ambición, que le ha hecho cometer errores gravísimos por los que empieza a pagar un precio muy alto: desconfianza. Desconfianza del usuario por la marca Facebook, que se convierte en la tercera y poderosa razón en la introducción de una marca nueva, y es que el gran metaverso que Zuckerberg tiene como visión no podía iniciar su andadura con la desconfianza generada por Facebook.