El papel sigue siendo esencial en una actividad tan antigua como la caza. Pero eso está cambiando: ahora, la Fundación Artemisan ha puesto en marcha el Precinto digital, un proyecto con el que pretenden registrar animales cazados en tiempo real en el móvil. Para ello, necesitarán la colaboración de las comunidades autónomas, pues estas podrán incorporar en sus sistemas de seguimiento en los próximos años -no en vano, este sistema electrónico está financiado por el Ministerio de Agricultura-.
Esta iniciativa, sobre todo, está dirigida no sólo a mejorar la eficiencia en la toma de datos para el control de capturas; la ida es recuperar la gestión cinegética de especies como la tórtola, cuya caza está prohibida actualmente. Según la Fundación Artemisan, actualmente existe una moratoria para impedirlo, y “uno de los requisitos para que se vuelve a autorizar un cupo en un futuro próximo es contar con herramientas de control de capturas en tiempo real”.
“De esta manera -recogen-, el proyecto surge para dotar a las administraciones de un instrumento que permitirá garantizar el futuro de la actividad cinegética, que aumenta notablemente la eficiencia de los métodos de recogida actuales, mejorando su consideración por parte de la Comisión Europea, y garantizando su sostenibilidad futura”.
¿Y por qué la tórtola? ¿Qué tiene de especial? Al parecer, desde los años 70, se estima que a nivel global se han perdido el 70% de las poblaciones de tórtola, especialmente en el oeste de Europa. Un declive que también se ha producido en España aunque aún existen áreas concretas con poblaciones estables y en incremento. Las principales causas: la pérdida de su hábitat, tanto en las zonas de cría como invernada, junto con niveles de extracción cinegética no sostenibles y, en menor medida, otros factores.
Cómo funciona
En primer lugar, cabe recordar que el Precinto digital todavía no está disponible, y empezará a utilizarse a partir del año 2024. Así, este sistema cuenta con un servidor que “almacena y gestiona la información de forma confidencial y de manera inmediata”, permitiendo de este modo, tanto a la administración como a los titulares de cotos, “la correcta toma de decisiones en función de los registros realizados”, aseguran desde la Fundación.
Además, inciden en que, “una vez que la comunidad autónoma en cuestión decida utilizar este sistema, el usuario deberá descargar una aplicación que le permitirá solicitar autorización para precintar, con tiempo suficiente que permita verificar cada usuario. Una vez registrado el usuario y conseguido el permiso, la aplicación estará lista para ser utilizada”.
Como se ha mencionado anteriormente, en el momento del precintado se registrará en tiempo real toda la información del usuario, de la especie precintada, horarios y lugares de la actividad cinegética y todas aquellas cuestiones necesarias. Tras ello, se generará un código QR, que permita el acceso a la información inmediato a la autoridad competente en caso de inspección y comprobación de datos.
El papel de Extremadura
El Precinto digital ya se ha probado en Extremadura, Castilla-La Mancha y Madrid, obteniendo “resultados satisfactorio”. Especialmente llamativo es el caso de Extremadura, que ya lleva años llevando a cabo -con la colaboración de la propia Junta de la región y de la Universidad de Extremadura- medidas para promover buenas prácticas de gestión a pequeña escala, para ser replicadas en otros cotos.
“Además, en uno de los cotos se está realizando anillamiento de tórtolas con fines científicos. Igualmente, estamos llevando a cabo una importante labor de comunicación y divulgación de los resultados del proyecto”, indican desde la Fundación Artemisan.
De hecho, durante el año 2021, la Junta de Extremadura creó un inventario de cotos para desarrollar un mecanismo de caza adaptativa de la tórtola y, de esta forma, “estar preparados ante un eventual término de la moratoria de la caza de la especie”.
Con el Precinto digital prometen implantar un sistema “que será un antes y un después para el sector y la defensa de la actividad cinegética”.