En el año 2019, Innovaspain informaba de un proyecto que prometía ser “la misión de vuelo en formación de más alta precisión del mundo” y con la que, a través de dos satélites, se podrían crear eclipses artificiales. Ahora, Proba-3, como se llama esta iniciativa de la Agencia Espacial Europea (ESA) y liderada por España anuncia que realizará su lanzamiento próximamente desde la India -a finales de este mismo año-.
La presentación, por fin, en sociedad se celebró ayer en el Centro Europeo de Astronomía Espacial y contó con la principal presencia de Diana Morant, ministra de Ciencia, Innovación y Universidades. La palabra que más repitió sobre Proba-3 “hito”. Y no es casualidad.
“Este estudio del Sol es un hito para el avance de la tecnología de la exploración espacial que refuerza el liderazgo de España en este sector (…) Y esta misión representa una nueva conquista hacia otro reto: el de avanzar hacia un nuevo modelo de país más competitivo, más próspero, que genere mayor justicia e igualdad, porque el avance de la tecnología significa también un avance de nuestro país”, declaró.
Y, de nuevo, indicó que “Proba-3 es un triple hito. Es un avance tecnológico, y también un avance para Sener y para nuestras empresas. Pero, además, es un hito para nuestro país. Es una demostración de la capacidad de nuestro país para hacer partícipes a más generaciones del reto de lograr una España mejor. Contamos con empresas capaces de hacer partícipe a nuestro talento de este reto, creando espacio y oportunidades en nuevas áreas de actuación. El éxito de Proba-3 es el éxito de España”.
El papel de España
Del mismo modo, Morant recordó que España es el principal contribuyente de Proba-3, aportando cerca del 40% del presupuesto, a través del Programa General de Tecnología de Apoyo de la ESA. “Las empresas de nuestro país han recibido de la ESA una financiación total estimada de 50 millones de euros, la cuarta parte del coste total de la misión de 200 millones de euros”.
Subrayó también que desde el Gobierno están acompañando “como nunca” a empresas españolas disruptivas como Sener, que lidera esta misión, y al resto de las compañías españolas que forman parte de este consorcio industrial como GMV, Airbus y Deimos.
“Juntos estamos aumentando el liderazgo de España en el aire y en el espacio, un sector que genera innovación, desarrollo tecnológico, ciencia, riqueza, empleo de calidad y alto valor añadido para el avance de la sociedad”, enumeró sobre Proba-3. “Estamos siendo capaces de aportar liderazgo en tecnologías donde antes estábamos fuera, de generar espacios y oportunidades para nuestro talento donde antes no sabíamos hacerlo y lo estamos haciendo con solvencia y con pasión”.
Cabe destacar que el Gobierno, reiteró Morant, ha movilizado prácticamente el 100% de fondos públicos del PERTE Aeroespacial, lo que supone unos 2.800 millones de euros de los cuales, dos terceras partes son de presupuesto nacional.
“Queremos que España siga liderando, como lo estamos haciendo, una nueva constelación europea para la navegación por satélite”, finalizó.
Coronagraph y Occulter
Los dos satélites antes mencionados de Proba-3, el Coronagraph y el Occulter, volarán en una órbita elíptica, alejándose a algo más de 60.000 kilómetros de la Tierra, en perfecta sincronización.
Cada uno actuará de manera independiente, calculando su posición y trayectoria con respecto a su homólogo, sin el apoyo de un operador humano. Por un lado, el Coronagraph alojará el coronógrafo de la misión, instrumento que apuntará directamente al Sol. Por otro, el Occulter, eclipsará al Sol, interponiéndose entre el astro y el Coronagraph.
Para ello, utilizará un disco de unos 140 centímetros de diámetro y varios equipos (ópticos y láser) que permitirán calcular la posición y actitud relativa entre los dos satélites y posicionar ambos con una precisión extrema.
“La perfecta sincronía entre ambos satélites creará un eclipse artificial de una manera jamás lograda: el coronógrafo en el espacio podrá obtener imágenes del Sol que no estarán afectadas por las perturbaciones de la atmosfera terrestre, mientras que el satélite Occulter, a cientos de metros del punto focal del instrumento óptico, reducirá notablemente los efectos de difracción”, indican en el dossier del proyecto.