Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han desarrollado una metodología que permite identificar tierras marginales donde poder cultivar plantas tolerantes a la salinidad con fines de bioenergía. El estudio sugiere que, teniendo en cuenta la cantidad de tierras agrícolas marginalizadas por la salinidad donde el cultivo de caña común sería sostenible en nuestro país, España podría producir anualmente una cantidad de biomasa equivalente a la electricidad consumida por cerca de 1 millón de habitantes al año.
Precisamente, la UE está impulsando la producción de biocombustibles sostenibles a partir de biomasas lignocelulósicas. Así, las autoridades comunitarias han apoyado, en los últimos años, investigaciones sobre cultivos energéticos como la caña común o el panizo de la pradera, y sobre su producción de biomasa cuando se cultivan en tierras marginales (o marginalizadas) de la producción agraria. Y uno de los factores que más influyen para la consideración de tierra marginal es la salinidad, ya que limita de forma significativa el crecimiento vegetal, si bien el grado en que las plantas resultan afectadas depende mucho de la especie vegetal que se trate y del nivel de salinidad.
Dolores Curt, investigadora de la UPM, ha afirmado que “la salinidad en el suelo o en el riego es un limitante para muchos cultivos agrícolas, pero puede ser una oportunidad para producir biomasa que no compita con el sector agro-alimentario y así mejorar su sostenibilidad”. En este sentido, ha explicado que “la caña común es un cultivo energético tolerante a la salinidad y apoyado por la Unión Europea. Por todo ello, es importante conocer dónde se podría promover y lo que representaría su producción”
Para saber hasta qué punto podría promoverse el cultivo de la caña común en zonas salinas, los investigadores han desarrollado una metodología capaz de estimar la producción de biomasa que podría suponer la utilización de tierras marginales salinas y tierras marginalizadas con posibilidad de riego con aguas salinas. En concreto, la metodología propuesta se basa en información geo-referenciada y en funciones empíricas de respuesta del rendimiento de la caña común a la salinidad y a la disponibilidad de agua. También tiene en cuenta criterios de sostenibilidad, niveles variables de salinidad que se encuentran en el territorio y en el agua de riego, y dotación permitida de agua de riego por cuenca hidrográfica.
Cerca de 34.500 hectáreas
Según este trabajo, en la España peninsular existen cerca de 34.500 hectáreas de tierras agrícolas marginalizadas por la salinidad donde el cultivo de caña común sería sostenible, ya que podría producir 597.400 toneladas de materia seca anuales. Esto equivaldría, aproximadamente, a la electricidad consumida por cerca de 1 millón de habitantes al año. No obstante, tal y como ha puntualizado Javier Sánchez, autor principal del trabajo, “esta metodología se ha aplicado al caso de la España peninsular pero también podría emplearse en otras áreas mediterráneas con información geográfica disponible”.