Desde su fundación en 2010, Producto de Aldea se dedicó a la elaboración de vinos para otras bodegas y exportadores. La idea de producir vinos sin alcohol llegó poco después, cuando un cliente holandés les solicitó elaborar vinos de este tipo. Según explica Manuel Gil (fundador y enólogo) a Innovaspain, la bodega decidió no solo elaborar el producto solicitado, sino investigar a fondo cómo mejorar las fórmulas y las técnicas de producción. "En vez de tomar la perspectiva como vinos finales, reformulamos toda la cadena de producción para saber qué podíamos producir y cómo hacerlo mejor”.
En 2015 dieron un giro hacia la producción de vinos sin alcohol y de bajo grado alcohólico, inspirados en una tendencia al alza en países europeos y norteamericanos y en el éxito de la cerveza sin alcohol, ya de sobra implantada en el mercado y que según Gil se consolidó entre la generación del 2000. “Yo siempre me comparo a la cerveza porque es un desarrollo con éxito.
“Debemos fijarnos en la evolución de la cerveza sin alcohol”.
Está implantada, está fuera de toda duda, es parte importante de las grandes empresas que hoy representan a la cerveza en España y mundiales, entonces creo que debemos fijarnos en la evolución”, explica. "Queríamos ofrecer un producto que no solo fuera adecuado para quienes no consumen alcohol por razones de salud o personales, sino que también pudiera atraer a nuevas generaciones que buscan alternativas más saludables".
Manuel confiesa que las pruebas y el proceso de desalcoholización no son sencillos y requieren maquinaria especializada de alto coste. “Hace falta una cantidad de producción mínima para poder elaborar las distintas peculiaridades. Y después tienes que producir esa cantidad de volumen y todo eso son pruebas más costosas que si haces una prueba con 500 litros de vino”, comenta. “Es muy difícil, por ejemplo, desalcoholizar un vino de 16 grados o vinos que tengan madera. Estamos en el proceso todavía de hacer que todo eso funcione. Hemos mejorado en la gama de vinos afrutados, frescos y espumosos y seguimos trabajando en la I+.D".
A día de hoy, esta bodega gallega ha conseguido convertirse en un referente en este nicho de mercado y ha sido galardonada en múltiples competiciones internacionales (Portugal Wine Trophy, Belin Wine Trophy y Asia Wine Trophy) lo que refuerza su posición. Según Gil, estos premios son importantes no solo para la bodega, sino para el sector en general, ya que contribuyen a dar visibilidad de los vinos sin alcohol. "Nos sorprendió ver cómo el consumo ha crecido en Galicia, donde al principio era un producto desconocido. Una vez que la gente lo prueba, se vuelve habitual”.
Innovar sin perder de vista la calidad y el respeto por el medio ambiente
También están comprometidos con la sostenibilidad y mantiene una política de producción responsable con el medio ambiente, valores fundamentales de la marca. “Tenemos casi 45 kilovatios en placas solares, nuestra energía la produce el sol en Galicia y nuestros coches de circulación son eléctricos y entendemos que estamos en un proceso en el que queremos ser lo más circulares posible, reducir residuos y optimizar los recursos”.
El trabajo de Manuel y su equipo es un claro ejemplo de cómo la innovación, la investigación y el compromiso con la sostenibilidad pueden transformar la industria del vino. Tal como cuenta el enólogo, los vinos sin alcohol está abriendo nuevas oportunidades para el negocio y diversificando la oferta en bodegas que tradicionalmente solo elaboraban vinos con alcohol. “Para Producto de Aldea, este enfoque también significa una mayor capacidad de adaptación ante las dificultades del mercado. Cuando tienes varias oportunidades con tu vino, la capacidad de reacción ante las vicisitudes del mercado es mayor”.