Esta semana se ha presentado BioPirineo, un proyecto de bioeconomía forestal en los Pirineos aragoneses que ya ha comenzado a desarrollarse en el Parque Natural de los Valles Occidentales y su entorno. La propuesta busca conectar la naturaleza con la economía del territorio creando nuevas herramientas que puedan ser replicables a otras zonas de montaña.
“Este proyecto nace en Ecodes y es de carácter demostrativo; es decir, en la actualidad, o en las últimas décadas, hay una disgregación entre la naturaleza y la economía. Con diferentes estudios y actuaciones en el territorio, se quiere demostrar que hay actividad económica y la naturaleza, esa conexión, no tiene estar reñida”, explica Pablo Pevidal, coordinador de BioPirineo.
Se basarán, entre otras cosas, en la ganadería extensiva o la gestión forestal de los bosques, que en otras épocas han tenido mayor desarrollo. Entre los recursos naturales de esos territorios y activando la economía, pretenden que haya una sostenibilidad en el tiempo. «Hay seis términos municipales implicados y tienen una idiosincrasia entre sí; además, necesitan motores económicos para fijar la población y desarrollar más actividad económica. Es una oportunidad para el territorio”.
Pevidal también cuenta que dentro del proyecto hay cinco campos de actuación. Y es que la mayoría de municipios tiene, por ejemplo, un plan de ordenación forestal, pero lo que se quiere es crear estudios en común en base a esos planes, y hacer análisis en profundidad sobre productos y subproductos que tendrían interés. O hacer estudios de mercado para implantar estas herramietas. Esto es, ¿qué se podría sacar de un bosque del Pirineo aragonés?
“¿O crear aserraderos de primera transformación? -continúa Pevidal-. Pues eso haremos: ayudarles a identificar más productos en el bosque, cómo plantear su accesibilidad, cuántas toneladas se podrían sacar, etcétera”.
Más campos de actuación
BioPirineo no sólo está basado en la gestión forestal. También hay ganadería extensiva; básicamente, estudiar la superficie actual de pastos y ver cómo aumentarla. Y, para poder aumentar la carga ganadera, equilibrarla con la de pastos. “Hay algún valle en la zona que tiene mucha ganadería, otros menos… En fin, es un uso actual que se ha reducido pero no se ha perdido y es una oportunidad de crecer”, afirma Pevidal.
Algo más novedosos es que hay partidas para hacer cuestiones demostrativas, enseñar que se puede ser rentable con acciones puntuales y con pequeñas inversiones donde se puede ver el antes y el después.
Entre otros campos de actuación también existe el de fomentar cultivos alternativos. “El principal sector en la zona, aparte del turismo, es el primario. Y el CITA, por ejemplo, ha hecho diferentes estudios para frutos rojos y otros cultivos, así como identificar parcelas en el territorio de montaña y proponerles nuevas actividades. Para ello, con un estudio científico que demuestre que se puede hacer se puede convencer a los agricultores más escépticos.
“Lo que se trata es de poner los recursos naturales en el centro de ese territorio y de relacionar todas las actividades entre sí. También se tiene turismo, con actividades para desestacionalizarlo. Cultivos alternativos, ganadería extensiva, gestión forestal y turismo tienen que estar unidos, que no estén reñidos y que los cuatro sectores estén interrelacionados. Desarrollarse económicamente, pero en convivencia. A veces parece que los intereses están reñidos, pero no tiene por qué”, asegura Pevidal.
Y puntualiza el coordinador de BioPirineo: “Lo interesante es que, al final, como es demostrativo, y es un territorio de montaña con sus cosas concretas, pueda ser replicable a otros sitios de montaña, con un modelo en común, con características comunes. Pasar del Pirineo aragonés, al catalán. Y, aunque hablamos de territorio de montaña, se podría extrapolar a cualquier territorio rural”.