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CultivEco: cómo ser más ecológico en los campos del Mar Menor

El proyecto CultivEco, de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica y Agroecología (SEAE), pretende reducir los impactos en origen de la actividad agraria en la cuenca vertiente del Mar Menor. Ahora va más allá, por lo que ha creado una red de aprendizaje entre agricultores para poner en común nuevas prácticas agroecológicas entre los agricultores que ya tienen hectáreas ecológicas y los que quieren empezar a cultivarlas.

Helena Cifre, que es la coordinadora de SEAE, explica que CultivEco es un proyecto a tres años para ayudar a la biodiversidad del Mar Menor. “Propone la producción ecológica para sanear los sistemas degradados. Habrá asesoramiento, información, manuales de conversiones ecológicas…”, cuenta.

Esta red de aprendizaje está formada por dos partes: las llamadas Fincas Far y las Fincas Piloto. Las primeras están formadas por fincas de agricultores con una trayectoria consolidada en agricultura ecológica. Campos modelos que sirven de ejemplo, y que serán los que enseñen a otras fincas. Concretamente, las segundas, las Piloto, son las que se dedican a la agricultura convencional y quieren pasarse a las prácticas ecológicas.

Por otro lado, CultivEco cuenta ya con más de 200 hectáreas de Fincas Faro, con cinco productores con cultivos de almendro, algarrobo, cítricos, olivo y aloe vera. En cuanto a las Fincas Piloto, de momento hay unas 71 hectáreas de nueve productores con almendro, algarrobo, cítricos (pomelo, naranja, limón) y hortícolas.

Cómo funciona y qué esperan

CultivEco recoge diversas acciones como son: la constitución de una “Red de Fincas”, que incluye el diagnóstico territorializado de las fincas seleccionadas (salud del suelo, agua, biodiversidad, condiciones climáticas…); la formación, capacitación y acompañamiento de los agricultores que forman parte de la red sobre buenas prácticas agroecológicas; la creación y publicación de materiales que recojan estos conocimientos y que además, son puestos en común y compartidos a través de canales de comunicación creados a tal fin. Por tanto, se trata de una red de aprendizaje así como de transmisión de conocimiento.

De todos modos, Cefri asegura que les está costando arrancar. “Esta metodología de fincas que inician la conversión la hemos practicado en otros proyectos, como en Castilla y León y Castilla-La Mancha y funcionó muy bien. Al final, son los agricultores ecológicos los que actúan como ejemplo para los demás, con una enseñanza de tú a tú”.

Y continúa: “En el Mar Menor la verdad es que cuesta, porque hay un gran marco normativo impuesto para restricciones por toda la contaminación que hay. Existe cierto abandono en el sector…. Pero tenemos varias empresas confirmadas. De hecho, a los 20 minutos de sacar la nota de prensa ya nos han llamado para unirse a CultivEco”.

Poco a poco, pero sin parar, el proyecto sigue hacia adelante hasta su objetivo: que al menos 120 hectáreas del Mar Menor se conviertan en ecológicas. Al ritmo que van, parece que lo van a conseguir.

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