Desde el pasado 24 de junio, el astillero iXblue –localizado en La Ciotat (Francia)– alberga en sus instalaciones el demostrador de Fibreship, el proyecto europeo liderado por España. Esta iniciativa busca crear barcos de gran eslora con fibra y materiales compuestos (FRP, Fiber-Reinforced-Polymers), sustituyendo los actuales buques de acero. La idea que subyace: buscar la diferenciación de los astilleros europeos ante los asiáticos por la vía de la tecnología y la innovación. Pero ha sido ahora, en Francia, cuando han podido presentar el ya citado demostrador: un bloque de un buque oceanográfico de aproximadamente 11 x 11 x 8,6 metros y 20 toneladas construido en fibra de distinto tipo en función del elemento estructural.
Liderado por empresas españolas –COMPASS IS, el Centro Tecnológico SOERMAR, el Centro Internacional de Métodos Numéricos en Ingeniería (CIMNE), el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y TSI–, el proyecto Fibreship –que cuenta con 18 entidades de 11 países– marcará el futuro de la construcción naval europea con buques de estructura más ligera, menor consumo de energía e impacto ambiental. Así, el demostrador está verificando el resultado de los estudios desarrollados en el proyecto, aunque también se realizarán diferentes pruebas finales para ratificar la viabilidad del mismo.
Pero la viabilidad no solo será técnica, sino también económica. Según informan desde el proyecto Fibreship, ya se ha desarrollado “una metodología de selección de materiales” y se han realizado también “comprobaciones sobre propiedades mecánicas, simulaciones de comportamiento a fatiga y ensayos de fuego de los materiales propuestos, entre otras actividades, como es el caso del diseño de programas de cálculo específicos de alta precisión para facilitar el diseño de la estructura, teniendo en cuenta diferentes esfuerzos tanto estáticos como dinámicos”.
Asimismo, Fibreship tendrá otros beneficios, como: una significativa reducción de peso estructural que implica un aumento de la capacidad de carga, un notable ahorro de combustible y una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero por ser necesaria una menor planta propulsora; un mejor rendimiento del ciclo de vida y disminución de costes de mantenimiento debido a la ausencia de corrosión; mejor firma acústica submarina y menor propagación de vibraciones; y la creación de un nuevo mercado de construcción naval que permitirá mantener la competitividad de los países europeos con respecto a otros países de otros continentes.
“Supone un gran desafío técnico y normativo que marcará el futuro de la industria de construcción naval europea al combinar tecnología, innovación, sostenibilidad y aceptación por el mercado”, ha declarado Alfonso Jurado, coordinador de Fibreship (proviene de TSI), durante la presentación del demostrador. Asimismo, ha asegurado que llevan trabajando “cerca de dos años en un proyecto que permitirá contar con el primer marco de referencia, hasta ahora inexistente, para diseñar, construir y operar embarcaciones de FRP de gran eslora” y que Fibreship “será presentado en la Organización Marítima Internacional (OMI), dependiente de la ONU, con la idea de mostrar la viabilidad y seguridad de esta tecnología en el sector naval de grandes esloras y proponer la actualización de la normativa actual”.