El proyecto Umamit quiere reducir la contaminación en los campos de leguminosas. Para ello, pretende fijar el nitrógeno del aire en el suelo a través de las propias plantas de las legumbres. Investigadores de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y la Universidad de Navarra trabajan en esta iniciativa -coordinada por ADItec- para reducir también el uso de fertilizantes nitrogenados nitratos, principalmente-, para evitar y reducir los problemas de contaminación de su exceso.
Estíbaliz Larrainzar, investigadora Ramón y Cajal del Departamento de Ciencias de la Universidad Pública de Navarra, explica que ahora lo que intentan es profundizar un poco más en intentar entender cómo funciona una familia de transportadores de aminoácidos en la simbiosis leguminosa Rhizobium.
"Que es una simbiosis que tiene muchas ventajas a nivel medioambiental. Nos permite obtener una fuente de nitrógeno del aire, que normalmente es una fuente inaccesible para las plantas, e intentar entender este mecanismo molecular nos ayuda a profundizar en este tipo de simbiosis”, indica.
Asimismo, uno de los problemas que han tenido en este proyecto es que les ha costado mucho tener el material vegetal. "Tenemos unos colaboradores en una universidad australiana que tienen unas semillas que son muy útiles para este tipo de estudios, que tienen silenciados algunos de estos genes. Ese material vegetal era el que queríamos utilizar para nuestros experimentos. Todo el problema de importar material vegetal ha sido una de las principales limitaciones, la verdad”.
Ciertos problemas
Por otro lado, como avance destacable, adelanta que en el proyecto Umamit están viendo un fenotipo bastante claro de las plantas que tienen alteradas la expresión de estos genes y que sí que parece que podrían tener un papel en esta simbiosis. Por ello, están intentando también caracterizar a nivel molecular qué tipo de aminoácidos lo podrían estar transportando y lo están acompañando con estudios de microcopia.
Y, por su parte, Ángel María Zamarreño, investigador del Departamento de Biología Ambiental de la Universidad de Navarra, considera que esto es una ventaja respecto a otras plantas, porque hay otras muchas plantas que necesitan que se aporte el nitrógeno. Eso conlleva algunos problemas, como son contaminación de aguas superficiales o aguas subterráneas con nitratos.
"Que es un problema bastante grave, sobre todo en zonas de agricultura intensiva, y que con las leguminosas no tenemos ese problema, porque al poder aprovechar el nitrógeno atmosférico a través de los Rhizobium, no necesitamos un aporte de de nitrógeno tan elevado”, señala el investigador.
“Esperamos tener resultados en el plazo de un mes o dos meses”, asegura.