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Con la colaboración  de

Cosentino

Por qué las pymes deben trabajar en la conservación de la biodiversidad

Fundación Conama, Fundación Global Nature y Biodiversity Node presentan la ‘Guía de Buenas Prácticas para la Conservación de la Biodiversidad en pymes’
pymes biodiversidad

Muchos expertos ya vaticinan que la pérdida de la biodiversidad es un problema tan importante como el cambio climático. En la actualidad, la sociedad en general está concienciada sobre esta cuestión, al igual que las grandes empresas que la integran. Pero las grandes empresas que protegen la biodiversidad –ya sea por responsabilidad social, publicidad o razones de otra índole– siempre tienen el foco puesto en su actividad. ¿Qué pasa entonces con las pymes?

“Faltan pymes que hagan iniciativa para evitar la pérdida de biodiversidad”, ha afirmado Rodrigo Fernández-Mellado, director de Biodiversity Node, en la presentación de la ‘Guía de Buenas Prácticas para la Conservación de la Biodiversidad en pymes’, realizado junto a Fundación Conama y Fundación Global Nature. “Las pequeñas y medianas empresas de España representan un 99,83 % del total de compañías de nuestro país. Y faltan pymes para esta tarea. Es un hueco grande que hay que rellenar; tan grande como su participación en el tejido empresarial”.

Esta guía afirma que, dada su importancia en la sociedad, es “crítico que participen en el cambio de visión de la relación de las empresas con la biodiversidad, pasando a ser agentes de cambio y promoviendo acciones de conservación y mejora de la biodiversidad”. 

“Siempre hemos considerado que hemos necesitado a las pymes en nuestros grupos de trabajo y en todo tipo de iniciativas de biodiversidad que hemos lanzado. Esta pérdida afecta a todos”, ha asegurado Fernández-Mellado. “Y todo afecta a la biodiversidad. Se ve de manera intuitiva cómo se generan dependencias e impactos, se generan costes y beneficios, riesgos y oportunidades. Todo está relacionado y nos indica, de manera intuitiva, la importancia de las pymes”.

Las ventajas de las pymes “probiodiversidad”

En la guía muestran que toda actividad económica tiene un impacto en las materias primas como alimentos, combustibles o minerales y en las especies. Así, para explicar a las pymes cómo deben convertirse en una pyme “probiodiversidad”, proponen dar conocer las posibles ventajas, planificar adecuadamente cómo mejorar su relación con la biodiversidad y conocer buenas prácticas costo-eficientes para contribuir a la conservación de la biodiversidad.

Por ejemplo, indican que una empresa que trabaje por la biodiversidad puede tener un suministro constante de recursos naturales, obtención de forma directa o indirecta de los bienes que aporta la naturaleza, mayor capacidad de innovación basada en esta (biotecnología, mimetismo, biónica), consumidores dispuestos a apoyar a este tipo de empresas, mayor financiación en inversiones por responsabilidad social, ahorros por mitigación de impactos…”. 

Y, aún así, “nos encontramos con que la mayor parte de las actuaciones, que son muy pocas, son voluntarias y de bajo presupuesto, y que, además, tienen muy poca visibilidad porque no se dan a conocer”, ha explicado el director de Biodiversity Node. “A veces eran solo por aprobaciones ambientales integradas, casi por obligación. Vimos que faltan herramientas”.

Por ello, pretenden mostrar todas las herramientas que son aplicables para las pymes, con pequeños planes estratégicos y acciones de planificación e integración de la biodiversidad en otros sistemas. "La guía trabaja, sobre todo, con acciones útiles para la gran mayoría de las empresas”, ha especificado.

Casos prácticos

En primer lugar, entre los tres casos prácticos citados por Fernández-Mellado, se encuentra el ‘Proyecto España Orgánica’, de Hoteles Accor. “La reutilización de toallas en hoteles es el punto de partida de un proyecto del Grupo Accor que, junto a la Fundación Global Nature, permite plantar miles de árboles en espacios agrarios desde el año 2013. Por cada 5 toallas reutilizadas la cadena de hoteles se compromete a plantar un árbol en producción ecológica (como almendros o pistachos), y el agricultor, por su parte, otra especie que favorezca la biodiversidad”.

En segundo lugar, el ‘Proyecto Infraestructuras Verdes', de ECOACSA, donde han impulsado el diseño de infraestructuras verdes orientadas a la mejora de la biodiversidad en entornos empresariales e industriales. “El proyecto contribuye a la protección de la biodiversidad, favoreciendo la creación de corredores biológicos, hábitats permanentes o temporales para la fauna y flora y cubiertas verdes para reducir el consumo de energía”.

Y, en último lugar, el ‘Proyecto Hábitat Dunar’, del Parador de El Saler (Valencia), ubicado en el corazón del Parque Natural de l ́Albufer. “Para integrarse con su entorno colabora de forma activa con ONG locales y apuesta por los productos de cercanía en su oferta gastronómica. Además, ha trabajado en recuperar las dunas y proteger las especies autóctonas, muchas de ellas amenazadas, informando a sus clientes de que esas zonas no son áreas ajardinadas sino hábitats naturales”.

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