La iniciativa ¡Qué vivan los pueblos!, de Yoigo y la Fundación Unlimited Spain, es un programa que pretende impulsar soluciones innovadoras en la España Rural. En su primera edición, terminada recientemente, han ayudado, durante cinco meses, a diez startups, con 17 horas de acompañamiento en calidad de formación, asesoramiento y mentorías por parte de más 30 profesionales de la marca Yoigo.
Ana Torres, directora de Marca de MasOrange -del que forma parte Yoigo-, explica a Innovaspain que el programa se puso en marcha en 2023 con el objetivo principal de visibilizar la situación de la España Rural, actuar como dinamizador en el desarrollo de ciudadanos y negocios de los pequeños municipios y respaldar el ecosistema de emprendimiento de triple impacto en los pueblos, fomentando así su transformación y supervivencia.
“A través de esta colaboración se pretende impulsar proyectos emprendedores que aporten soluciones a los desafíos de la España Rural y, sobre todo, relacionados con la tecnología. Es decir, que aprovechen la conectividad y la nueva economía digital para llevar a cabo su actividad y fomentar el desarrollo y crecimiento de sus ámbitos locales”, declara.
Según ella, la primera edición de ¡Qué vivan los pueblos! ha sido “muy positiva”; como muestra, el número de startups que se presentaron: más de 300. “Para nosotros es un orgullo que tantos proyectos, tan relevantes y positivos para el entorno rural, se hayan presentado a esta iniciativa nacida con el propósito de fomentar la vida social y económica de las zonas rurales, que tan importantes son para el desarrollo para el país y en cuyo progreso queremos ejercer un papel dinamizador determinante”.
Funcionamiento de la iniciativa
Torres asegura que, en realidad, el funcionamiento de ¡Qué vivan los pueblos! “es muy sencillo”. Al parecer, se abre un plazo para inscribirse, para lo cual hay que cumplir determinadas condiciones: por ejemplo, que los proyectos seleccionados estén jurídicamente constituidos en España hasta la fecha de cierre de la convocatoria y operar en los pueblos o proporcionar soluciones directamente relacionadas con la España Rural.
Una vez cerrado el proceso, un jurado realiza una lista de 20 proyectos y esos 20 finalistas deben realizar una presentación de 10 minutos y ronda de preguntas ante un gran jurado, que selecciona a las 10 iniciativas más prometedoras.
A partir de ahí, los pasos siguientes que pasará cada una de las startups elegidas son: “La evaluación, junto a un grupo de expertos, de las fortalezas y debilidades del proyecto, y el objetivo a lograr dentro del programa; un que mentor acompañará en todo el proceso, ofreciendo una visión más amplia y ayudando a ‘dibujar’ los pasos a seguir. Los mentores son 10 empleados de nuestra compañía, a los que se han sumado otros 26 más para asesorar a las startups en distintas disciplinas profesionales de su especialización”, cuenta.
Asimismo, las startups recibirán asesoramiento individualizado y aprenderán a medir y mejorar el impacto positivo que generan y también disfrutarán de formaciones y sesiones de asesoramiento personalizado que ayudarán a resolver retos y valorar posibilidades. “Con todo ello, esperamos que vean crecer la notoriedad y credibilidad de su proyecto y se les abran las puestas a nuevas oportunidades de negocio”.
Los diez proyectos
Las startups seleccionadas de ¡Qué vivan los pueblos! están relacionadas con sectores como la ganadería, la agricultura, el turismo o la salud, y llevan a cabo iniciativas destinadas a generar un impacto positivo en zonas rurales de España.
Está Doctomatic, de Barcelona, que propone una solución para asegurar un buen seguimiento médico para todos y llegando a todos los rincones de España; GafasVan, de Mayorga, Valladolid, que busca atender la salud visual y auditiva sin necesidad de desplazamientos para los pueblos; o Cropi, de Remolinos, Zaragoza, que busca modernizar la agricultura a través de una app para realizar simulaciones de cultivo, además de poder planificar y adaptarse a las regulaciones, todo desde el móvil.
También VamosRural, de Cantabria, que busca revitalizar las comunidades rurales a través de experiencias turísticas; Rooral, de Ronda, Málaga, donde desde alojamiento y conexión a internet hasta espacios de trabajo y actividades socioculturales, propone una solución integral para el despoblamiento rural; Aldealista, de San Xoán de Río, Ourense, que a través de “matches”, como en las apps de citas, selecciona un gran número de opciones para encontrar el pueblo perfecto para vivir y así revitalizar la España rural; y Mutur Beltz, del Valle de Carranza, Vizcaya, cuya idea es revitalizar la producción de lana para preservar a la oveja Carranza, especie en peligro de extinción, y convertirla en productos de alta calidad, incluso en arte.
Por último, se encuentra Vacapop, de Casorvida, Asturias, una app que optimiza la compraventa de recursos y productos relacionados con la ganadería; TalKual, de Tarrega, Lleida, un e-commerce donde se pueden adquirir alimentos que no han pasado los estándares estéticos, pero que son totalmente aptos para el consumo, poniendo fin al desprecio alimentario; e Ixorigue, de Valle de Benasque, Huesca, con la optimización del manejo ganadero y aumento de la rentabilidad en la cría de ganado vacuno a través de la monitorización del ganado.
Sobre ¡Qué vivan los pueblos!, Torres anuncia que esperan “que sí”, que “por supuesto” haya más ediciones. “Teniendo en cuenta la acogida de la primera edición, y la cantidad de propuestas tan positivas para el entorno rural, esperamos seguir impulsando esta iniciativa para que anime y sirva de ejemplo y suponga un acicate para seguir dinamizando y dando vida a nuestros pueblos”.