La Universidad de Castilla-La Mancha y Dehesa de Los Llanos, empresa manchega dedicada a la producción de queso, han dado con una solución a un problema frecuente en la industria láctea: que las personas con alergia al queso puedan degustarlo. Gracias al respaldo de la Unión Europea, se ha concluido que incluyendo en la alimentación de la cabaña de ovejas de pura raza manchega un conjunto equilibrado de plantas aromáticas autóctonas y cultivadas en la propia finca, se elimina de forma natural la actividad bacteriana, evitando añadir lisozima de huevo.
Esta innovación refuerza el compromiso de la marca por la calidad del producto, que apuesta por cuidar al máximo las materias primas desde el origen. Como explica Julián Illán, director general de Dehesa de los Llanos, "desde el comienzo de nuestra historia la calidad de la leche ha marcado nuestra hoja de ruta", algo que se ha complementado con "dotar de bienestar al ganado a través de una cuidada alimentación (plantas aromáticas producidas en la propia finca) e higiene". En este sentido, Illán ha destacado que "el secreto para dar un buen producto pasa por cuidar la materia prima".
Al mismo tiempo, el aprovechamiento de los pastos naturales de la finca, control de la temperatura de la leche, tratamiento personalizado de cada pieza (volteo de cada queso, control de temperatura y humedad en las cámaras) y el cepillado con aceite de oliva de su propia cosecha han jugado un papel clave a la hora de elaborar este queso artesano, que como ha señalado Illán "aspira a ser un referente dentro del sector de los grandes reservas", donde Dehesa de los Llanos fue coronado en 2012 como el mejor en dicha categoría.