A menos de dos metros y durante un mínimo de 15 minutos. Estos son los parámetros principales que utiliza la aplicación Radar COVID para alertarnos a través del teléfono móvil en caso de haber estado en contacto con un infectado por coronavirus. Desarrollada por la Secretaría de Estado de Inteligencia Artificial, la herramienta ha sido testada en la isla de La Gomera durante las últimas semanas con resultados prometedores. Tanto es así que las previsiones de la administración apuntan al 15 de septiembre como la fecha para que la app -que ya puede ser descargada de manera gratuita en iOS y Android– funcione a pleno rendimiento en todas las Comunidades Autónomas.
El piloto de Radar COVID en la isla canaria comenzó el pasado 29 de junio y concluyó a finales de julio. Como explicaba ayer la secretaria de Estado de Inteligencia Artificial, Carme Artigas, “esta es una carrera en la que no se trata de llegar antes, sino de llegar mejor”. La responsable pública aludía así a la necesidad de comprobar sobre el terreno que la aplicación acumulaba suficiente madurez tecnológica que la hiciera fiable en la batalla contra la pandemia.
También era importante conocer el feed back de la ciudadanía. Que Radar COVID cale entre la sociedad no es una cuestión menor. Según Pablo Rodríguez, asesor técnico del proyecto, la aplicación es útil incluso en niveles bajos de adopción. “Si sólo un 20 % de la población la descargara, el impacto de la pandemia podría reducirse en un 30 %”.
La prueba ha servido además para descartar que pueda ser el origen de una avalancha de falsos positivos que saturara el sistema. “Hemos trabajado con Sanidad desde el principio, aclaraba Artigas. Su deber es ser prudentes y el nuestro es ser innovadores. En ese equilibrio estamos ahora”, apuntaba la secretaria de Estado sobre la tecnología empleada, cuya precisión «es máxima».
El anonimato en el centro
Más de 3.200 habitantes de La Gomera descargaron la aplicación. Ayudó a ello una primera fase consistente en promocionar la herramienta a escala local. En un segundo momento, se simuló un rebrote del virus, comunicándose a distintos usuarios falsos positivos. Artigas ha insistido en el anonimato y la privacidad como columnas vertebrales de la app. La libertad que tiene el usuario para descargar o ignorar la aplicación es la misma que ostenta a la hora manejar la información que recibe. Esta voluntariedad es, a su vez, la llave que explica el funcionamiento y el posible efecto favorable derivado del uso de Radar COVID.
Imaginemos que, tras someternos a un test PCR, el resultado es positivo por COVID-19. Recibiremos un código que somos libres de introducir o no en la app. Esa será la vía para comunicar a aquellos móviles cerca de los que hemos pasado más de los consabidos 15 minutos a menos de dos metros de distancia que han estado en contacto con un infectado. Nunca sabremos de quién se trata ni dónde se localiza.
En el caso de La Gomera, un 61% de los falsos positivo comunicó su situación. Un 78% lo hizo en las 24 horas siguientes a haber recibido el código de contagio simulado. Artigas cree que estos porcentajes habrían sido aún mayores de no tratarse de una prueba y sí de una situación real.
En cuanto al funcionamiento de la app en el traceo de contactos, Radar COVID ha conseguido una media de 6,4 contactos estrechos de riesgo detectados por positivo simulado confirmado. Esa cifra supone casi doblar la eficiencia actual de los traceadores manuales, que en Canarias detectan una media de 3,5 contactos.
Implantación en las Comunidades Autónomas
Es el segundo capítulo de su funcionamiento lo que va a impedir que Radar COVID esté disponible antes del 15 de septiembre a escala nacional. Los resultados del piloto fueron puestos en conocimiento de Sanidad el pasado viernes. Ayer, Fernando Simón sondeó la receptividad de las distintas autonomías para contar con la aplicación como complemento a los traceos manuales. “Me consta que el interés es masivo”, afirmaba Carme Artigas.
Aunque el grueso de la app es común, requiere que cada CCAA dibuje su propia hoja de ruta para que la herramienta funcione al 100 % cuando circule entre sus ciudadanos. “Han de determinar quién facilita el código a la gente infectada y, por otro lado, es necesario fijar un teléfono al que poder llamar para comunicar que hemos estado en contacto con un positivo”. Esta entrevista con los rastreadores manuales es determinante para clarificar la situación de cada afectado.
Carme Artigas anunciaba que van a acometer esfuerzos extra, destinados a algunas CCAA, para tener lista una versión no definitiva de la app el 10 de agosto. Baleares y Canarias han solicitado disponer ya de Radar COVID. Contarían así con un as en la manga -cuya versión en inglés están ultimando- como plus para garantizar un turismo seguro. La secretaria de Estado de Inteligencia Artificial no ha confirmado qué otras regiones podrían adelantarse en implantar la app. Dependerá de la evolución sanitaria y de los focos del virus activos.
Integración en Europa y buena valoración
Tal y como Artigas explicaba a Innovaspain el pasado 14 de mayo, “trabajar con otros países para acceder a toda la información disponible es esencial para controlar la pandemia y analizar la realidad de manera eficaz y segura, garantizando la privacidad y la protección de datos de la ciudadanía”.
Basada en tecnología Bluetooth y en un modelo descentralizado que sigue las recomendaciones del protocolo europeo DP3T y las ventajas de la API de Google y Apple, Radar COVID “está preparada para entrar en modo interoperabilidad con el resto de apps similares de los estados miembros”. Para lograrlo, la Comisión Europea está desarrollando el marco legal y técnico necesario. Solo así, estas aplicaciones pueden funcionar más allá de sus fronteras.
“Radar COVID es capaz de recordar más que nosotros, pues incluye tanto contactos conocidos como desconocidos. También es mas rápida, y registra el contacto en tiempo real. Y es menos intrusiva que un rastreador que nos llama para preguntarnos por nuestros hábitos en los últimos 15 días”. Es de suponer que las razones esgrimidas por Artigas hayan influido para que un 100 % de los encuestados en La Gomera aseguren que seguirán usando la app cuando esté activa a nivel nacional. Además, un 82 % considera que es una herramienta útil en la prevención de contagios por COVID-19.
Las valoraciones más altas en los cuestionarios realizados han correspondido a la disposición de los usuarios a recomendar la app a su entorno (9,2 sobre 10), la facilidad de uso (8,6), la comprensión de las instrucciones (8,7) y la sensación de privacidad y anonimato (8,6).