La Fundación Cre100do cumple su primera década de existencia en la que ha conseguido posicionarse como una plataforma para dar visibilidad a las empresas que constituyen el middle market español, muchas de ellas campeones ocultos en sus sectores a nivel europeo y mundial. Entre sus miembros, empresas como Ayesa, Bimba y Lola, Chocolates Valor, Grupo Premo, Cantabria Labs, El Ganso, Hiperbaric, Gullón, GMV, Joma, Satec, Pikolinos, Trops… El director general de la fundación, Rafael Vaquero, cree que estamos cerca de un cambio de paradigma cuando España reconozca la realidad estadística de estas empresas y les otorgue presencia con personalidad propia en la regulación
La consolidación de la Fundación Cre100do confirma que existía una necesidad real de atención en una parte del colectivo empresarial.
Nos dimos cuenta de que estaba ese middle market o lo que denominamos empresas de tamaño intermedio (ETI). Administrativamente son grandes, facturan entre 50 y 500 millones de euros, pero no son el Ibex 35. Tienen la capacidad de ejecución de una grande con la flexibilidad de una pequeña.
La mayor concentración de empresas industriales del país se da en este segmento. Han llegado donde han llegado por hacer las cosas de forma diferente y ser altamente innovadoras. Dentro de este segmento nos encontramos con muchos campeones ocultos, hidden champions.
“Estas empresas tienen vocación de perdurar. No nacen con el objetivo de dar un pase”
Son ecosistemas en sí mismos conectados a otros ecosistemas.
Se trata de empresas que, para alcanzar su posición actual, se han dado cuenta de que innovar no es ser el mejor camino, sino el más rápido, y lo tienes que hacer en ecosistema y apoyándote en terceros. Son empresas abiertas y muy proclives a colaborar.
¿Esa vocación de apertura dirías que es un signo más reciente?
Lo tienen en su ADN. Tienen vocación de perdurar, no son empresas que nacen con el objetivo de dar un pase. Cuando creces en España y alcanzas esos niveles de facturación, evidentemente te tienes que internacionalizar: el 60% de las ventas de las empresas de la fundación se produce fuera de España. Están internacionalizadas, tienen sedes en muchos sitios, pero nunca van a cerrar su fábrica de origen.
El arraigo al territorio es un factor diferencial que tenemos que aprovechar, sobre todo en un contexto en el que se habla de la reindustrialización europea y española. Aquí tienes la joya de la corona y, simplemente, hay que prestarle atención. Hay que saber que existe, porque hasta ahora, como estaban en ese cajón de nadie, probablemente sólo se las conocía a nivel local y regional, pero a nivel nacional son muy desconocidas, especialmente por el consumidor final, porque son sobre todo empresas que operan en segmento B2B.
¿Cómo protegemos a ese tejido de ETIs? En el automóvil, también en alimentación, en muchos sectores, hemos visto crecer empresas atractivas con buena tecnología que acaban siendo compradas por grandes corporaciones y fondos globales.
No sé si se le puede poner barreras al campo. En un mercado así es complicado.
Son también un patrimonio de país de alguna forma.
Normalmente estos cambios accionariales se dan en momentos de expansión y crecimiento, en los que puede haber una necesidad de financiación. Empieza a haber nuevos instrumentos: el ICO ha sacado líneas específicas para las midcaps y el BEI ha sido pionero al ofrecer préstamos específicos con tickets de financiación directa. El problema es la financiación a largo plazo, donde la banca comercial puede no llegar. Esos proyectos a nueve años donde se necesitan a lo mejor tres de carencia, porque son decisiones de inversión.
“Hablamos del segmento de empresa que vertebra la cohesión social y territorial de España. Fijan población y ofrecen empleo de calidad”
El presidente de Ametic, Pedro Mier, habla de no permitir por ley que los fondos de capital riesgo internacional tomen el control de empresas industriales españolas y europeas, para que la sede donde se toman las decisiones estratégicas no se ubique en el exterior.
Lo que hemos visto en varias ocasiones dentro de la Fundación es que se permite el acceso de un fondo y luego hay una recompra, un management buy out. Hay ejemplos buenísimos, es perfecto, además en empresas industriales. Todo el mundo gana.
Estas empresas son sociedad civil en España, pero hay una cierta dinámica de excelente relación con las administraciones local y autonómica y dificultad para acceder a la nacional. Suele haber reivindicaciones que se enquistan, como la del Corredor Mediterráneo.
Eso es así, son capitanes generales en sus zonas de influencia, en sus áreas de actuación, pero a nivel nacional son desconocidos. Hay ya bastante sensibilidad, no obstante, en la Administración pública nacional. La clave pasará por el reconocimiento estadístico, es decir, en el momento que el INE replique el modelo francés y diga: están las pymes, las grandes y las ETIs, que no son tantas, y analice su contribución y sus características, claramente, se le va a prestar mucha más atención.
La implicación en su zona de influencia es enorme, es el segmento de empresa que vertebra la cohesión social y territorial de España. En la fundación, el 40% de las empresas están en territorios de menos de 20.000 habitantes, y el 54% en territorios de menos de 50.000. Es decir, estas son las empresas que fijan población, ofreciendo muchas veces empleo de calidad.
2024 es un año complejo para España, parece que hay una dinámica centrípeta en las comunidades autónomas, de encerrarse en sí mismas y en sus reivindicaciones, hay menos cohesión.
Para estas empresas es fundamental el acceso a talento a todos los niveles. No solamente hablamos del tecnológico, sino de fuerza laboral cualificada en planta. A veces, estas empresas tienen dificultad para atraer talento en las zonas en las que están. Para mí va a pasar fundamentalmente por la FP II adaptada a sus necesidades.
Es muy importante impulsar los ecosistemas de innovación y la adaptación tecnológica, porque, al final, estas empresas compiten contra grandes multinacionales. En una época en la que la discusión tecnológica es tan abrupta, tan rápida, mantenerse a ese nivel cuesta sobre todo por una cuestión de recursos. Como siempre han estado olvidadas del foco regulatorio, porque no existían…
“Para atraer más reindustrialización a Europa y España, hace falta más automatización”
Realmente ningún traje encajaba bien. En el caso de los Pertes, las ETIs se volcaron en su día en Manifestaciones de Interés que, en muchos casos, han quedado en el limbo.
Estas empresas han sido probablemente de las grandes olvidadas también en el tema de los fondos NextGen. En definitiva, hay que ajustarse a la regulación y ese dinero va a pymes y empresas grandes. Ha sido una oportunidad que todavía podemos aprovechar, pero hubiese venido muy bien estar en el foco de estos fondos que van destinados a transición digital, verde, a la reindustrialización.
El BEI acaba de publicar un informe en el que reconoce que estas midcaps pueden impulsar y acelerar más la transición verde y digital. Habla de un reconocimiento del segmento, del interés de la Comisión Europea por revisar la estructura de definición de la pyme y armonizarla, de buscar la fórmula óptima para facilitar su acceso a la financiación, y de impulsar sus planes de crecimiento y transición. Puede ser tanto algo a medida, como consecuencia de las crisis, como instrumentos de apoyo financiero dedicado a la expansión de estas empresas en el mercado europeo.
La reindustrialización se ha puesto en el centro del debate, ¿qué deberíamos hacer?
Para atraer más reindustrialización a Europa y España hace falta más automatización y hacerla sostenible, así como, por supuesto, una estrategia clara que quiera mantener la soberanía industrial con planes estatales y apoyo. Desde el punto de vista de la empresa, tenemos que ser más eficientes y eso significa más automatización, sin obviar que debemos ser más sostenibles.
“Cre100do es un programa de país”
¿Qué países podrían servir de referencia hoy?
Alemania, donde este segmento de empresas es el backbone de su economía y todos los indicadores así lo demuestran. Es el gran ejemplo, porque ya no es una cuestión de definición estadística, sino cultural. El otro es el francés, en 2008 sacó un Real Decreto y estadísticamente distinguió las pymes, las ETIs y las grandes.
En España, se ha puesto el foco últimamente en la creación de nuevas empresas, y eso es fundamental, totalmente necesario, nos hacía falta, pero igual se ha descuidado un poco el elevar el tamaño de las empresas, que es un 20% inferior a la media europea por número de trabajadores.
¿Qué tenéis previsto para que Cre100do mantenga su progresión?
Este año es nuestro décimo aniversario, es fundamental para nosotros. Nos recibió el Rey la semana pasada, lo cual fue es un impulso muy importante al proyecto, pero sobre todo a este segmento de empresas. Va a ser un año para empezar a trabajar hacia afuera.
Cre100do es un programa país, no queremos ser, ni somos, el club de los 130. Queremos que en España haya más empresas en este segmento. No podemos absorber las 1.800 dentro de la fundación porque perderíamos nuestros valores. Sin embargo, vamos a trabajar para generar ese impacto positivo fuera de las empresas que están dentro de la fundación.