Dos ciudades españolas, Madrid y Barcelona, ocupan, respectivamente, el sexto y séptimo lugar en el ranking que Financial Times hace sobre aquellas ciudades europeas que atraen a startups y emprendedores. Es una buena noticia y no está mal empezar el curso con el ánimo subido cuando ya está a la vuelta de la esquina el South Summit 21, esa llamada a la que acudimos todos los que seguimos el mundo de la innovación en España y en Europa.
El curso no empieza solo para los estudiantes. Empieza para también para el resto de la gente. Porque las vacaciones, además de ser un merecido descanso, suelen servir para reflexionar sobre los trabajos, administraciones incluidas. Tiene mérito que se reconozca como centros de atención importantes a dos ciudades españolas, sobre todo viendo cómo las que están por detrás son centros paradigmáticos a la hora de hablar de investigación, desarrollo e innovación; ciudades que albergan grandes empresas reconocidas mundialmente en sus sectores por ser líderes mundiales o estar entre ellos.
Va siendo hora que hablemos bien de las cosas que salen bien en España, donde el marco para crear empresas, investigar y captar inversión para hacer los desarrollos necesarios no es precisamente el mejor por multitud de temas que muchas veces hemos expuesto. La gestión en el apartado de innovación es una obra de titanes para los responsables de las administraciones y empresas de todos los tamaños. La continuidad parece que está asegurada en el Ministerio después del cambio y eso favorece los procesos para avanzar en la buena dirección.
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Esos sentimientos de continuidad parecen que también se mantienen en muchas de las otras administraciones, tanto en comunidades como en ayuntamientos y no solo los más grandes. Testigo del esfuerzo que hacen muchos municipios para mantenerse entre las Ciudades de la Ciencia y la Innovación, hay que resaltar cómo se propaga la interrelación entre unos y otros. En la última reunión de antes del verano, veinte ciudades lograron renovar su pertenencia a este grupo de ciudades. Entre ellas estaban Madrid y Gotarrendura, localidad abulense que no llega a 200 habitantes, que pone de manifiesto que las ganas de innovar y captar talento no solo está en las grandes capitales.
Nada es fácil y lograr el diploma de la Red Innpulso, y mantenerlo, es cuestión de trabajo, dedicación y gestión adecuada y transparente por parte de los ayuntamientos. Este es el camino para lograr ser referencias nacionales, europeas y mundiales. Tanto Barcelona como Madrid lo son y suman más de 60 municipios los que lo tienen en la actualidad. Además de la capital y el municipio abulense, lo han mantenido ciudades tan señaladas como las siguientes: Alcalá de Henares, Barakaldo, Málaga, Mataró, Móstoles, Sabadell, Alcoi, Alzira, Ontinyent, Ribeira, Sant Feliú de Llobregat, Santiago de Compostela, Vila-Real, Abanto-Zierbana, Ejea de los Caballeros, Etxeberri y Los Santos de Maimona.
Es importante que Barcelona y Madrid estén entre las 10 primeras ciudades entre las que captan startups y emprendedores en el ranking europeo elaborado por un medio de comunicación tan prestigioso como FT, pero es muy importante también que haya más de sesenta ciudades, muchas de ellas que no superan los 20.000 habitantes, que sean un ejemplo de transformación y de captación de talento. Es una manera de diversificar y de dar posibilidad a lo indiscutible: las grandes ideas no tienen por qué aparecer en ciudades de población millonaria. A esta diversidad se le llama equilibrio y lograrlo también es innovar.
