“Nadie hubiera imaginado que viviríamos un momento así, pero pese a todo, también estamos ante oportunidades muy notables”. Raül Blanco, secretario general de Industria y PYME ha participado en un coloquio online organizado por Executive Forum y Siemens en el que ha analizado las interacciones entre sus áreas de actuación y los planes de recuperación diseñados por la Comisión Europea y el Gobierno de España.
“Vamos a tener un escenario positivo a nivel presupuestario”, señalaba Blanco en alusión a la dotación económica que llegará a España desde el Next Generation EU, articulada a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia presentado por el presidente Sánchez recientemente. “Podremos fortalecer la industria, acometer con solidez la transición ecológica e impulsar el emprendimiento, la internacionalización y los modelos de negocio vinculados a la digitalización”.
Junto a este moderado optimismo, Raül Blanco no ha dejado al margen los riesgos particulares de la crisis del COVID-19. El principal: que la recuperación sea más lenta de lo esperado. “La situación sanitaria, incluso con una vacuna disponible, marcará la agenda de los próximos meses”, apuntaba Blanco, para quien otra posible consecuencia de la pandemia es que el bajón económico evolucione de lo coyuntural a lo estructural. “Hay que buscar el máximo impacto en los proyectos que acometamos. Es importante apoyar la financiación, pero también potenciar la inversión”.
Parrilla de salida: primer trimestre de 2021
Con el paso de los meses la emergencia no remite y la economía mengua. El tejido empresarial espera concreción en los plazos y en los requisitos de acceso a las ayudas. “El plan español está en fase de negociación con la Comisión Europea. En el primer trimestre de 2021 se activarán los mecanismos de recuperación”.
El secretario general de Industria y PYME se refería al periodo 2021-2023 como el más complicado de la crisis. “Ahora vamos a inyectar liquidez en empresas y proyectos mediante subvenciones directas. El resto de la ayuda europea, articulada en forma de préstamos, la aplicaremos a partir de 2024”, afirmaba Blanco desmintiendo algunas informaciones que apuntaban que España había renunciado a parte de los fondos.
Cumplir hitos
Otro de los retos pasa por asumir e integrar en la definición de los proyectos las exigencias de acceso a las ayudas europeas. A diferencia de procesos anteriores, los fondos de recuperación llegan con unas prioridades muy marcadas: transición verde y digital, impacto duradero de las medidas adoptadas, crecimiento estable… Blanco informaba de la creación de una Comisión de Recuperación, Transformación y Resiliencia que seguirá la evolución de los proyectos a nivel sectorial.
Será un foro de alto nivel a modo de consejo consultivo, integrado por entidades de referencia, agentes sociales y personalidades de cada ámbito que validarán las propuestas que se hagan dentro del plan y contrastarán opiniones. Este seguimiento se someterá al control parlamentario y a la estrecha vigilancia de Bruselas, que pedirá el cumplimiento de hitos en las distintas iniciativas como garantía de continuidad del apoyo económico.
Estrategia
En materia industrial, Blanco recordaba que la Política Industrial España 2030 comparte pilares con las pautas marcadas por el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton. “Entendemos la industria en un sentido amplio y el plan de recuperación nos ayudará a acelerar proyectos”. Raül Blanco detallaba que habrá ayudas directas a la industria, con apoyo a las inversiones en sostenibilidad de procesos, modernización de la producción o digitalización. “Además, algunas líneas de préstamos serán no reembolsables y habrá dotaciones específicas destinadas a grandes proyectos colaborativos que afecten a toda la cadena de valor de un sector y a acelerar la eficiencia energética de la industria electrointensiva”.
Por lo que respecta a las PYMES, Raül Blanco señalaba que, alineada con Europa, y junto a las ayudas directas, España facilitará la creación de nuevas empresas. A potenciar el emprendimiento contribuirán la estrategia España Nación Emprendedora o la aprobación de una Ley de apoyo a las startups. Además de fomentar la internacionalización y la digitalización o de mejorar el acceso a la financiación, el responsable público aseguraba la intención de potenciar la política de clústeres o de aprovechar la capilaridad de la Escuela de Organización Industrial.
Pacto de Estado por la Industria
“El elemento central es la competitividad. Tenemos que ser capaces de superar inercias del pasado; reducir brechas de género y edad, acabar con desequilibrios territoriales y demográficos”. En el cambio de paradigma al que obliga el actual contexto, Raül Blanco incluía la urgente modificación de la normativa actual. “Tenemos que eliminar trabas. Las cosas han cambiado mucho desde que fuera aprobada la Ley de Industria de 1992”.
La adaptación del entorno regulatorio que sugiere el secretario general de Industria y PYME contribuiría a acelerar cambios normativos en favor de la efectividad de los planes de recuperación. “Resulta paradójico, pero no es fácil gestionar tanto presupuesto con agilidad. Necesitamos un Pacto de Estado por la Industria para consensuar todos estos procesos y generar mayor impacto”, concluía Raül Blanco.