El trabajo investigador de Raúl Carbajal tiene un objetivo claro. “La meta es dignificar el medio rural a través de la innovación social y con una clara aproximación a la innovación tecnológica”, detalla a Innovaspain. Maestro de Educación Primaria, “devenires de la vida” le llevaron a la Filosofía, en cuyo departamento dentro de la Universidad de Oviedo, hoy ejerce como investigador postdoctoral. Previamente, analizó a fondo el cooperativismo agrario, un trabajo decisivo para sus actuales líneas de investigación. “En términos de macrosistema, el cooperativismo no ha logrado constituirse como una alternativa al capitalismo. Sin embargo, ha mejorado la vida de las personas participantes, que no es poco”.
Su motivación actual es la de construir una propuesta de trabajo para llevar laboratorios ciudadanos al rural de Asturias. Pretende hacerlo bajo los principios CTS. “La política debe impulsar la dignificación urgente de la ruralidad, la ciencia-técnica promover la transferencia de conocimiento adaptado al medio y la ciudadanía debe asumir un rol participativo y activo”. En este sentido, Carbajal opina que la reflexión teórica es importante, pero que ha llegado el momento de detectar problemas y favorecer, con mucha mayor intensidad, el encuentro entre ciencia, sociedad y política.
De la España vaciada a la España olvidada
Según Raúl Carbajal, el problema del mundo rural es mucho más complejo que un Reto Demográfico, término empleado por distintas administraciones. “Hablamos de la dignidad de sus ciudadanos, a todos los niveles. En los entornos rurales no hay gente porque no interesa. Ni produce ni consume lo suficiente como para ser rentable a las empresas. Tampoco a la clase política”.
¿Y los ciudadanos? El investigador admite que, así las cosas, pocos son los que se quedan. Detecta que parte de la solución está en la Universidad, como enclave desde el que hacer ciencia para que, en y desde el medio rural, se generen espacios de participación ciudadana. Innovación social como artífice de un empoderamiento civil, que exija a la clase política un verdadero compromiso.
El un momento marcado por el “desencuentro rural”, no cree que la ciudadanía o la ciencia sean el problema. “Como me dijo un paisano asturiano que trabaja en el campo: “Una cosa es defender el mundo rural y, otra muy distinta, doblar los lomos, aunque sea en el despacho”. Carbajal añade que los objetivos no se lograrán si el desarrollo rural se deja en manos privadas.
“Me pregunto dónde está el apoyo del Consejo de la Juventud en el mundo rural y de tantos organismos que dicen defender ciertos temas. Si excluyen a la ciudadanía, la ciencia y la política no van a ninguna parte. Y hoy, la gente de estos lugares apenas es escuchada. Sin trabajos asentados en el medio rural no hay futuro, sin futuro no hay jóvenes y sin jóvenes no hay medio rural. La revolución económica es la base esencial de este encuentro CTS”, detalla el investigador.
Pasar a la acción
¿Nadie vio venir lo que finalmente ha ocurrido con la España vaciada? “Claro que sí”, dice Raúl Carbajal, “pero impera la productividad frente al bienestar de estas personas. La Administración Pública es la principal, pero no la única responsable”.
El experto invita al Gobierno a pisar el terreno y asumir un compromiso real con la problemática rural. “Salvar al mundo rural es salvar a España”. Carbajal lamenta que el PSOE –“que tanto se apoyó en su día en los campesinos”-, y la vicepresidenta y ministra Teresa Ribera, no hayan pasado a la acción de manera consensuada con los ciudadanos.
“En la zona donde investigamos se acabó con la agricultura y la minería. Las alternativas son parques eólicos que nadie quiere en sus zonas, minas a cielo abierto que la ciudadanía rechaza o un turismo de naturaleza y peregrinaje. No se puede extirpar un modelo económico sin dar alternativas efectivas. Las formas de llegar a nuevos paradigmas sostenibles no son justas. Están arrebatando el futuro de mucha gente. El ministerio dice que el Reto Demográfico se va a lograr con 130 medidas. Planificar es importante, pero necesitamos concreción: digitalización, empleos, vías de comunicación, emprendimiento juvenil…”
Europa, de aquellos barros estos lodos
“Actualmente, la Unión Europea está impulsando estrategias coherentes a la realidad ecológica de nuestro planeta. En paralelo, están reproduciendo los modelos de vida rural de hace sesenta años, perdidos gracias a la aplicación de las políticas elaboradas y aprobadas por ellos mismos”.
Raúl Carbajal recuerda que nuestros abuelos “producían de manera sostenible y conforme a los mecanismos biológicos de la madre Tierra”. Añade que las políticas europeas, nacionales y de carácter regional, favorecieron la desaparición del campesino afincado en el territorio para pasar a una agricultura de mercado donde interesa la producción a grande escala. “La Unión Europea se ha dado cuenta de que hay que volver a esos modelos agroecológicos. Eran sostenibles y generaban actividad en el medio. Volvemos a andar lo andado”.
Hay otras implicaciones, vinculadas al origen capitalista de la UE, que no casan bien con estrategias como “de la huerta a la mesa”. “Debemos ser conscientes de una realidad: potenciar la sostenibilidad y la actividad en el medio rural no resulta beneficioso para el capitalismo. De ahí el actual conflicto de intereses”.
El investigador añade que, “rara vez”, la Unión Europea consulta a los ciudadanos rurales y los toma como expertos. “Las estrategias se construyen en base a intereses políticos, y son elaboradas por agentes técnicos que asesoran a gestores que a su vez dependen de elecciones cada cuatro años. Justamente el mundo rural español sufre lo que sufre por ello”.
Cambios internos
“No podemos vivir en el pasado como algunos pretenden”. En su retrato robot de un mundo rural ideal, Carbajal habla de modernización, “equilibrando las injusticias que sufre respecto al espacio urbano”. También debe ser inclusivo, “donde la mujer sea promocionada, pues de ella parte el futuro generacional”. Incorpora en este punto un papel más relevante de colectivos como la comunidad LGTBI o los sensibilizados con la flora y la fauna, así como de la necesidad de considerar a las personas migrantes, “que tanto bien hacen a España”. “Sin ellos, la España vaciada sería un desierto también de diversidad”.
En este camino, aunque en un primer momento aboga por que el Estado financie el asentamiento de jóvenes que generen actividad innovadora en las zonas rurales, reconoce que no es sano ni posible vivir para siempre de las subvenciones. “El rural no es solo agricultura y ganadería; ni turismo, que últimamente parece ser su única salvación. Craso error. La mirada a cuatro años hace que solo se apliquen parches. El futuro del mundo rural pasa por la innovación social a través del cooperativismo como una forma de economía colaborativa solidaria. Lo demás será dar palos de ciego”.
Compromiso insuficiente
“No podemos revertir las políticas implementadas desde el franquismo en diez años, pero debemos co-construir alternativas. Las metas del Milenio son las antecedoras de la Agenda 2030, y ¿qué hemos logrado?”, se pregunta Raúl Carbajal.
El investigador de la Universidad de Oviedo apunta que, en apariencia, el mundo rural ha evolucionado en materia de modernización tecnológica, pero los problemas son los mismos de las últimas décadas. “Se han perdido las comunidades, no hay prosperidad y en algunas zonas la producción extensiva está generando contaminación. Urgen políticas públicas de calado. La apuesta por los jóvenes de calado no debe excluir a la ancianidad. Sólo así construiremos espacios sociales intergeneracionales donde se creen verdaderas comunidades rurales de aprendizaje”.
El difícil determinar qué estamos a tiempo de revertir. Los números deprimen. “El activismo de unos pocos o el apoyo técnico de la Universidad no llegará a nada sin el apoyo de la clase política, con capacidad para financiar y legislar. La tendencia poblacional para España no resulta muy esperanzadora: solo un 12% de la ciudadanía española vivirá en el mundo rural en 2030. Hace unos días, el Gobierno ha defendido que ha implementado el 50% de las medidas para combatir el Reto Demográfico. Si la vida de la ciudadanía rural no ha mejorado sustancialmente, ¿por qué tanto triunfalismo?”