MÚNICH. Mesas regulables en altura con ruedas direccionales, pizarras inventadas para rotuladores sobre paneles autoportantes o tecnología que permite estar en una reunión sin necesidad de asistir. Y colores, muchos colores. A medida que las empresas buscan desarrollarse más rápido y generar ideas más innovadoras son conscientes de que necesitan crear entornos donde promover nuevas formas de pensar y ser más creativos.
La forma de trabajar evoluciona, pero no todos los espacios de trabajo lo hacen. En este sentido, la empresa Steelcase está convencida de que para lograr la mejor productividad es necesaria la armonía entre metodología y diseño. “Los espacios de trabajo nunca pueden ser una barrera para la creatividad, más bien tiene que ser al contrario”, explica a Innovaspain Michael Held, director de diseño de Steelcase, mientras recorremos con él algunas de las salas del Learning and Innovation Centre de la multinacional, en Múnich.
Por otro lado, y pese a que la razón de ser de Steelcase es precisamente proponer soluciones para los espacios de trabajo, la empresa tiene claro que gran parte del éxito de los negocios reside en que los equipos estén tan en consonancia como el propio diseño en el que ejercen su trabajo. “Aunque haya casos aislados, es muy complicado que nadie por sí solo sea el único que lleve a un proyecto hacia el éxito”, expone Held. Estos “equipos hipercolaborativos”, como Steelcase demonina, se han convertido en las tribus modernas del siglo XXI, un grupo con una misión común: abordar problemas complejos.
Estudiando los distintos comportamientos de estos equipos, a los diseñadores se les ocurrió crear un sistema interconectado que diese apoyo tanto a las actividades del equipo más grande como al trabajo individual. Así surgió ‘Steelcase Flex Collection’: mesas móviles, pizarras, carritos, separadores y accesorios móviles que pueden trasladarse según las necesidades para crear entornos donde los equipos y los individuos realicen su trabajo de la mejor manera posible. “En lugar de crear un solo elemento nuevo, creamos piezas que se pudieran mover y combinar”, analiza Held, para quien la versatilidad de los elementos que componen las nuevas oficinas no deja de ser un símil de los empleados. “Las piezas funcionan bien por separado, pero forman un conjunto y funcionan mejor juntas. Lo mismo ocurre con los equipos de personas”.
¿Pero es posible exportar este modelo a todo tipo de culturas laborales? “El mundo es demasiado complejo como para tener un solo modelo de negocio correcto”, sostiene Held. En el caso de Steelcase, fueron los propios equipos de trabajo, “ya hace décadas atrás”, quienes se quejaron de que los espacios no estaban concebidos para el trabajo en equipo y encontraban muchas barreras para poder colaborar. “No es un proceso de la noche a la mañana. Implantar este tipo de espacios en otros países no deja de ser un gran reto. Depende incluso del tipo de profesión. Yo me pongo en la piel de las redacciones de los periódicos, esas que salen en las películas llenas de humo, papeles y gente apelotonada y también es apasionante”, reconoce entre risas el diseñador.