La gastronomía, la diversidad, la convivencia y las historias de miles de niños migrantes y refugiados son las cuatro patas que forman el proyecto 'Recetas para la convivencia', impulsado por Save the Children y Basque Culinary Center (BCC), que acaba de concluir su primera edición. El balance, como destaca Sara Polo, coordinadora de la ONG, es positivo y "un boceto de lo que nos gustaría ser como sociedad".
Dentro del proyecto, Save the Children ha formado a más de 60 profesores y equipos directivos de centros educativos en materia de derechos de la infancia migrante y refugiada, causas que provocan sus desplazamientos, cómo son las rutas y experiencias de estos niños, responsabilidades y retos de las sociedades de acogida, qué es la convivencia, por qué es tan importante y cuáles son los valores sociales básicos que la sostienen. "En las recetas se han combinando ingredientes como el respeto, la empatía, la justicia, la igualdad o la valentía. Cada receta es una metáfora de lo que queremos como sociedad”, valora Polo.
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“La gastronomía está basada en la fusión de ingredientes, culturas y formas de hacer. En esta ocasión, se ha convertido en un medio para concienciar y educar a los niños sobre cómo de la mezcla de diferentes elementos puede surgir algo delicioso", valora sobre esta primera edición Joxe Mari Aizega, director general de Basque Culinary Center, que ha contado con 470 alumnos de 12 centros escolares de los tres territorios de Euskadi.
El colofón a este proyecto lo puso la chef Elena Arzak, que entregó los diplomas a los participantes. Además, los asistentes pudieron degustar cuatro de las 'Recetas para la Convivencia'. La ganadora de la edición ha sido la paella de los alumnos del colegio Santa María Hijas de la Cruz, de Santurtzi. "Las recetas recopilan los valores sociales básicos de la actitud humana a la hora de convivir, poniendo el foco en la convivencia entre diferentes, como puede ser la infancia migrante", apostilla Sara Polo.