Como si fuera el típico gancho de las recreativas con el que escoges el peluche que más te guste. Sólo que aquí es más fácil, ya que es un imán y siempre se «gana». Así es el proyecto Reclaim, una planta de recuperación de materiales robótica, portátil y de bajo coste, impulsada por inteligencia artificial (IA), que cuenta con varios pickers que recogen y manejan diferentes tipos de residuos, según su composición, sobre todo, para zonas donde sea más difícil instalar una planta completa.
«Islas remotas, áreas rurales de difícil acceso o regiones con infraestructura limitada son sólo algunos escenarios donde este equipo puede marcar una diferencia significativa. Además, el equipo también sirve como una solución ideal para eventos a gran escala como festivales, conciertos o competiciones deportivas, donde la generación masiva de residuos en un solo lugar requiere un tratamiento inmediata», explica Javier Grau, investigador en Reciclado mecánico en Aimplas, participante en el proyecto.
Y es que lo importante de este proyecto es que puede gestionar residuos en áreas remotas o donde la generación de residuos aumenta temporalmente. «También puede complementar las plantas de reciclaje existentes en áreas turísticas que enfrentan fluctuaciones significativas de población durante las temporadas altas», añade.
Su portabilidad hace que se puede utilizar en cualquier sitio. Pero es que además, la visión por computadora controlada por IA identifica los residuos, permitiendo a los robots maximizar la efectividad de la clasificación.
El papel de Aimplas
Reclaim puede desplegarse en cualquier lado. Y, como indica Grau, a medida que evolucionan las necesidades de reciclaje, este equipo portátil promete desbloquear nuevas posibilidades.
«Por ejemplo —apunta—, podría facilitar la gestión de residuos marinos en áreas portuarias, mejorando la clasificación y separación de materiales mientras se reduce el impacto ambiental. Otra aplicación relevante es su potencial para ayudar a las plantas de clasificación existentes en el procesamiento de bioplásticos, cuya presencia está en aumento. Estos materiales representan un desafío para las corrientes de reciclaje actuales, pero su recuperación podría tener un impacto significativo en el futuro».
Los recientes avances en IA y robótica han permitido la automatización de varias actividades de recuperación de residups. Sin embargo, se dirigen a grandes volúmenes de residuos y no son rentables para zonas más pequeñas y menos accesibles. De ahí que, para dar cabida a estas últimas, se pueden instalar unidades portátiles de recuperación de materiales en las proximidades. Y, a pesar de la creciente demanda de unidades portátiles, las ofertas carecen de componentes inteligentes y automatizados que podrían aumentar significativamente su productividad.
La solución, en parte, la tiene Aimplas, cuyo trabajo en Reclaim ha consistido en asegurar que los requisitos operativos del equipo estén claramente definidos, evaluar las opciones tecnológicas disponibles en el mercado para seleccionar los componentes más adecuados, y, por último, en liderar la monitorización de los indicadores clave de rendimiento, proponiendo soluciones y ajustes para asegurar que se cumplen los objetivos establecidos.
«Esto allanará el camino para la adopción del mercado y brindará un gran impulso para hacer que Europa sea cero contaminante, neutral en términos climáticos, sostenible y competitiva a nivel mundial».