España será uno de los países presentes en los UAE AI & Robotics Awards for Good, que se otorgan en Dubai el próximo 17 de febrero y reconocen a los mejores trabajos internacionales de robótica con un fin social. En este caso, nuestro país estará representado por el primer exoesqueleto del mundo dirigido a niños con atrofia muscular espinal, que han desarrollado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y su empresa de base tecnológica Marsi Bionics.
En total, son nueve los proyectos finalistas, que optan a un premio de más de 930.000 euros. Los UAE AI & Robotics Awards for Good se otorgan a organismos internacionales que enfocan sus proyectos en áreas de educación, salud y servicios sociales y este año han recibido propuestas de más de 60 países.
La investigadora del CSIC, Elena García, será la encargada de presentar el proyecto español, un exoesqueleto que permitirá “caminar a niños que no pueden hacerlo” por sufrir atrofia muscular espinal permitiéndoles “mejorar su estado de salud y su calidad de vida”. Su principal aportación, ha subrayado García, “es la capacidad de adaptarse a la sintomatología variable y progresiva de las enfermedades neuromusculares”, para lo cual “se compone de músculos artificiales inteligentes que se adaptan a la sintomatología articular”.
El exoesqueleto está diseñado para pacientes con Atrofia Muscular Espinal de tipo 2, que se diagnostica entre los 7 y los 18 meses de vida, y hace los niños que lo padecen no lleguen a caminar nunca. No obstante, García ha señalado que, si bien no cura la enfermedad, el exoesqueleto “aporta esperanza de vida y calidad de vida” además de “retrasar las complicaciones derivadas de la pérdida de la marcha, como la escoliosis, que condiciona la vida de estos niños”.
Enfermedad degenerativa sin cura
La atrofia muscular espinal, que en España afecta a uno de cada 10.000 bebés, es una de las enfermedades neuromusculares degenerativas más graves de la infancia y tiene altas tasas de mortalidad. Tiene un origen genético y causa debilidad muscular generalizada progresiva. De hecho, esta pérdida de fuerza impide que los niños puedan caminar, por lo que desarrollan muchas complicaciones como escoliosis, osteoporosis e insuficiencia respiratoria.
Existen tres grados de esta enfermedad. Además del tipo 2, para el que se aplica el exoesqueleto diseñado por el CSIC, está el tipo 1. Es el más severo, se diagnostica a los pocos meses de nacer y los niños difícilmente sobreviven 18 meses. Por último está el del tipo 3, que se diagnostica a partir del año y medio aunque sus síntomas se hacen notables en la adolescencia, cuando los pacientes pierden la capacidad de andar. En este caso, las consecuencias no afectan tanto a su esperanza de vida como a la calidad de la misma.