El pasado noviembre se culminó el enlace submarino entre Fuerteventura y Lanzarote. Ahora, Red Eléctrica y ECOncrete -la empresa responsable de la tecnología del hormigón ecológico- han mostrado los beneficios que ha traído este cable eléctrico submarino. Un cable en el que se han invertido 36 millones de euros y que además de mejorar la seguridad y la calidad del suministro de ambas islas, facilita su avance en la transición energética.
Luis Velasco, director de Tramitaciones y Medio Ambiente de Red Eléctrica, destacó la pasada semana en el WindEurope 2023 Annual Event que la infraestructura desarrollada por la compañía tiene un doble beneficio. Según él, este nuevo cable submarino no sólo les ha permitido “impulsar la integración de energías renovables en las islas, como parte del camino hacia la energía neta cero, sino que también ha mejorado el entorno marino alrededor de las islas. Un verdadero win-win».
Y es que el cable de la institución está protegido por una solución a medida. El producto de ECOncrete básicamente funciona como un protector de hormigón “biopotenciador”; esto es, el llamado hormigón ecológico que protege al cable eléctrico submarino durante todo su trazado.
Con esto, aseguran desde la compañía israelí, “se duplica la biodiversidad, se mejora drásticamente la calidad del agua y se almacena CO2”. La solución, probada en más de 40 países, recuerdan, aprovecha la biología para que haya una menor degradación química y física en el hormigón, haciendo que este dure más -una mayor vida útil- y que, al mismo tiempo, cueste menos.
Los resultados en biodiversidad
En el evento, se revelaron varios beneficios de esta conexión Fuerteventura-Lanzarote. El primero, la efectividad. “La vida marina prospera a lo largo del trazado y la protección del cable se ha fusionado con el hábitat marino natural hasta el punto de que la instalación es hoy en su mayoría invisible a simple vista”, aseguró.
“Además, varias especies de peces, algas, esponjas, crustáceos, moluscos y erizos de mar, ya han adoptado la estructura como hábitat, lo que supone una clara mejora ecológica respecto al comportamiento de las soluciones convencionales”.
El cable submarino
Como se ha citado anteriormente, el pasado noviembre se culminaron las obras de este cable eléctrico submarino. Una interconexión a 132 kilovoltios (kV) que va desde la subestación de Playa Blanca en Lanzarote hasta la subestación de La Oliva en Fuerteventura. En total, son 14,5 kilómetros de trazado submarino, con una profundidad máxima de 80 metros y dos trazados terrestres soterrados de 1,8 kilómetros en Lanzarote y 645 metros en Fuerteventura.
Cabe destacar que, además del hormigón ecológico, desde Red Eléctrica Eléctrica subrayaron su labor innovadora. Y es que, para trazar su recorrido marino, se llevaron a cabo “exhaustivos trabajos de prospección, cartografía y mapeo batimétrico, que permitieron conocer en profundidad tanto el fondo marino, como otros aspectos de gran relevancia como las corrientes, la calidad del agua y de los sedimentos y el estado biológico de las comunidades de fauna y flora presentes»,