KM Zero Food Innovation Hub ha organizado las Ftalks Editions ‘The Future of Farming’, donde varios expertos han analizado el futuro de la biodiversidad en la cadena alimentaria, aprovechando la efeméride del Día Mundial de la Biodiversidad. Dos de las empresas más punteras en este sector, como Idai Nature o Biogran, han dado su visión sobre este tema.
El CEO de Idai Nature, Carlos Ledó, ha explicado que en su empresa desarrollan soluciones naturales a base de microorganismos y extractos botánicos. Pertenecen al primer eslabón de la cadena. “Nos dedicamos a producir soluciones naturales que permiten curar a las plantas con otras plantas. Hacemos infusiones que tienen una actividad contra las plagas y enfermedades de los cultivos, de manera que los cultivos que han sido tratados por nuestros productos no tienen residuos químicos y permiten ser exportados a países donde hay un mayor valor añadido, o que toda la población pueda alimentarse de manera más natural”.
Por su parte, Ana González, directora de Calidad, I+D y Sostenibilidad de Biogran, ha indicado que se dedican a la fabricación y distribución de alimentos y complementos alimenticios bio. Aun así, han querido dar un paso más en su compromiso con la sostenibilidad y el medioambiente. Según ella, cuando hablan de alimentación para la biodiversidad , se refieren a elaborar productos que tengan el menor impacto posible en los ecosistemas.
“De esta manera, preservamos la biodiversidad de las especies. Cada especie que existe tiene una función concreta y esta interrelacionada con todos. Sabemos por los expertos del deterioro medioambiental. Un informe muestra que ya ha afecto al 80% de los insectos y al 65% de las especies animales y creemos que estamos a tiempo de revertir la situación. Cada gesto suma, como cada elección de lo que comemos”.
“Dejar un mundo mejor es algo vital”
Ahora, el primer objetivo de Idai Nature es producir alimentos con la cantidad de los convencionales, pero con la calidad del ecológico, algo que denominan como residuo cero. "A través de nuestra actividad, queremos que la población pueda alimentarse a buenos precios sin residuos químicos; además, se ahorra en pesticidas, algo bueno para las futuras generaciones”.
Y es que, para Ledó, “dejar un mundo mejor es algo vital”. “No solo vendemos productos, sino soluciones. Lo tenemos muy claro con nuestras iniciativas, como ser elegidos por la Comisión Europea o ser la empresa más sostenible de Europa. Vendemos un concepto y tenemos un equipos con valores, con personas con inquietudes. Prevalece lo colectivo frente a lo individual y nada está por encima de nuestros valores. Hacemos las cosas diferentes para ser irremplazables. Todo esto problema se veía venir, por ello, a través de nuestra actividad, queremos tener el mismo coste sin residuos”.
Pero, ¿cómo consiguen tener la misma cantidad con mayor calidad? Ledó ha explicado que, en el cultivo ecológico, no puede abonarse los cultivos, por lo que se produce menos y, si se produce menos, hay que vender más caro. “En nuestra filosofía, para que sea universal, los cultivos se alimentan igual, con nitrógeno, potasio, fósforo, abonos. Sin embargo no tienen residuos pesticidas, por lo que es la misma cantidad –ha asegurado–. Si hay una plaga, en vez de un químico, utilizamos una infusión natural. Esto permite que los supermercados ofrezcan nuestra tecnología y productos al mismo precio que las frutas del súper”.
En Idai llevan muchos años en el sector ecológico, es su estándar. Del mismo modo, cuentan con el primer catálogo biodinámico, que va más allá de producir sin residuos, sino que tienen que producir "alineados con el cosmos” para que el balance energético de los alimentos estén bien balanceados y sienten bien al consumidor. H”ay mucha tendencia de este tipo en Alemania y en cinco en seis años llegará a España”.
Ciclos largos de cultivos y zonas colindantes autóctonas
Por otro lado, en Biogran tienen, sobre todo dos grandes vertientes. La primera es la agricultura ecológica. “Apostamos por ello para mejorar prácticas, ciclos largos de cultivos para la reproducción de insectos, usar zonas colindantes para permitir que crezca la vegetación autóctona y también trabajamos para ofrecer alternativas a los alimentos que dan de comer al mundo, como el arroz, la soja el trigo, la patata, el azúcar de caña remolacha, la palma y la mandioca. Ofrecemos alternativas y mejoramos la heterogeneidad de los cultivos favoreciendo esa biodiversidad. En definitiva, respetar los hábitats de cada reino”.
Ana González ha asegurado que un 86% de sus productos son ecológicos y que un 96% de estos son vegetarianos, libres todos de organismos modificados genéticamente. “Actualmente estamos en un 50% de alternativas en ingredientes y queremos llegar a los dos tercios. Además, utilizamos electricidad verde de fuentes renovables, packaging reciclable, planes de ahorro de energía, transportes con la menor huella posible”.
Y en cuanto a proyectos concretos, trabajan en España con un proyecto en la Finca de los Tomillares, donde un agricultor cultiva cereales, legumbres y tiene unas prácticas no solo ecológicas sino que fomentan la biodiversidad. “Utiliza zonas colindantes, aumenta ciclos de cultivo y trabajamos mano a mano con él”.