De camino a la sala de conferenciantes, por los largos pasillos del Palacio de Ferias y Congresos de Málaga, Valentín Alegría, director de Innovación de Renfe, se topa con múltiples asistentes, ponentes y organizadores que le abordan con diferentes propósitos. Amablemente los atiende a todos, como si de un tren que para en cada estación se tratara. Esos trenes a los que dota de innovación, incluso en un día de huelga como hoy [esta entrevista se realizó el pasado 30 de septiembre en el marco del foro Greencities & S-Moving]. Cuando por fin llegamos a la sala, la entrevista parece llevar ya un buen rato por las cosas que ya nos ha revelado. En realidad no ha hecho más que comenzar.
Durante el paseo, Alegría ha confesado que es un fiel usuario del transporte público, especialmente del tren –no por que trabaje en Renfe, sino porque no tiene carnet de conducir– y que en los próximos años se imagina "un trenfuturista pero realizable". Tiene claro que los retos a corto, medio y largo plazo de la principal operadora ferroviaria de España pasan por la eficiencia energética. "Estamos centrados en disminuir el coste eléctrico al tiempo que nos centramos en los combustibles alternativos", asegura.
Aunque la mayor parte de los trenes de Renfe son de tracción eléctrica, todavía queda un 20% que funcionan con diésel. El compromiso de España es que los transportes contaminantes desaparezcan en 2050, pero Alegría sostiene que "tenemos el compromiso de que desaparezcan mucho antes". Para ello Renfe ya trabaja en trenes híbridos que funcionen a base de hidrógeno y electricidad. "También estamos evolucionando a otro tipo de combustibles como el gas natural licuado y estudiando combustibles procedentes del biodiesel, sin olvidar, por supuesto, el hidrógeno verde y el hidrógeno líquido", revela Valentín Alegría.
Renfe quiere que la sostenibilidad y la eficiencia energética también llegue a los propios edificios y talleres de la compañía. "Estamos fabricando piezas en 3D para tener repuesto en los talleres y trabajando en mejoras en los vagones de mercancías para que un mismo vagón valga, por ejemplo, para llevar tanto una bobina metálica como un contenedor o un semirremolque", detalla Valentín Alegría.
En paralelo, la empresa se encuentra inmersa en mejoras en la climatización, iluminación y hasta en las propias máquinas o herramientas. "Podemos llegar a ahorros de hasta el 15% con los proyectos que estamos planteando", apunta Alegría. De hecho, la empresa cuenta ya con equipos de medida para vigilar el consumo y establecer medidas de ahorro en un claro compromiso por esta apuesta energética.
El transporte del futuro será multimodal
En cuanto a experiencia de usuario, Renfe ha querido hacer del COVID-19 "una motivación para mejorar factores como la accesibilidad, la comodidad del viajero y un ambiente más ventilado", comenta Alegría. El plato fuerte de esta transformación para la compañía pasa por la plataforma Renfe as a Service (RaaS), con la que quiere revolucionar el transporte ferroviario español. La operadora pública permitirá planificar y gestionar cualquier desplazamiento en transporte público en territorio nacional entre 29 ciudades. Basada en el concepto MaaS (Mobility as a Service en inglés), tiene el objetivo de integrar en un sola plataforma todos los servicios de movilidad disponibles en el país junto a otros servicios como alojamiento y ocio para que se pueda planificar cualquier viaje nacional con una gran facilidad.
Cuando se le pregunta sobre cómo imagina el tren del futuro, Valentín Alegría no lo duda. "Puede pasar de todo". El responsable asume que "la tecnología y la innovación han avanzado tanto que es fácil quedarse corto en las imaginaciones". El mejor ejemplo está en este viaje que Innovaspain ha realizado desde Madrid a Málaga para asistir a Greencities & S-Moving. "Hace 30 años nadie se pensaba que iba a haber en España una red de alta velocidad como la que hay y que de Madrid a Málaga tardásemos dos horas y media", reflexiona Alegría, que va más allá: "Ya se están probando trenes que llegan a los 370 km/h. Es posible que este viaje dentro de unos años dure menos de dos horas".
Hay otras posibilidades sobre la mesa. El cada vez más popular Hyperloop es otro método de transporte que podría ganar terreno antes de que acabe esta década. Aunque Valentín Alegría lo ve más para trayectos muy largos internacionales. "De Málaga a Madrid en un tren de alta velocidad puede que sea suficiente. Pero llegar desde Málaga a Berlín en ocho horas es algo que todavía suena ciencia ficción. Eso lo lo vamos a ver muy pronto. Y no solo desde el punto de vista del viajero, también desde la mercancía. Imagínate llevar alimentos desde la huerta de Murcia hasta Alemania en tan solo ocho horas cuando ahora en camión se tarda tres días. Es una auténtica revolución".
¿Y qué hay de un futuro sin coches? "No me cabe duda de que se puede conseguir. Aunque para ello hay que generar una red de transporte pública y compartida que sea muy eficiente", opina Alegría, que tampoco descarta los taxis voladores y un transporte subterráneo mucho más avanzado para lograr un futuro que por el momento suena a Blade Runner. Pero no en su cabeza. Al fin y al cabo, su mundo es la innovación.