La Cátedra de Transición Energética Fundación Repsol en la Universidad Politécnica de Madrid centra su actividad en la movilidad sostenible, un ámbito en el que Repsol está realizando diferentes líneas de trabajo en relación a la huella de carbono de la movilidad, la calidad del aire urbano, las nuevas tecnologías emergentes y la movilidad autónoma y conectada. Dolores Cárdenas, gerente de Diseño de producto en Repsol Techlab, ha ahondado durante la jornada 'Ciencia e innovación para una movilidad más sostenible' sobre la necesidad de que "todas las tecnologías en torno a la sostenibilidad en movilidad alcancen grados de madurez similares".
La preocupación de Repsol en este ámbito se fundamenta en que, si bien la sociedad es cada vez más consciente de abordar los retos del cambio climático, la innovación no siempre va acompañada de la rapidez suficiente para implementar las medidas necesarias. "Urge mejorar la eficiencia de los vehículos", asegura Cárdenas, desde la propia contaminación de los tubos de escape hasta las tecnologías empleadas en nuevas energías o la descongestión del tráfico.
La responsable ha dado a conocer durante la jornada el camino que está tomando la compañía para lograr la descarbonización del transporte. La clave para Repsol pasa por los combustibles líquidos bajos en carbono. Y dentro de estos, los biocombustibles avanzados con huella de carbono negativa, los llamados 'e-fuels' (combustibles verdes) y el hidrógeno renovable. El despliegue de los dos primeros es rápido, según Cárdenas, ya que "no se necesitarían cambios tecnológicos en las flotas". Sin embargo, tanto el hidrógeno renovable como la electrificación requieren de procesos lentos. "Ambos pasan por la renovación de la flota y la necesidad de una infraestructura de carga ultrarrápida para trayectos de larga distancia".
Proyecto pionero
Repsol trabaja en el desarrollo de una nueva tecnología fotoelectroquímica para la producción de hidrógeno renovable. El objetivo del proyecto Sunrgyze es convertir la energía solar en energía química a presión y temperatura ambiente mediante la disociación de la molécula de agua en hidrógeno y oxígeno sin aplicar energías externas. "Es un proceso en un único paso y un solo dispositivo, lo que mejora la eficiencia y los costes de producción del hidrógeno no dependerán del precio de la electricidad o el gas", explica Cárdenas.
No es un proyecto cosa de ayer. Esta tecnología comenzó a desarrollarse en 2012 en el Repsol Technology Lab por un equipo 100% español. Enagás se incorporó al proyecto en 2018, con un acuerdo que convierte a ambas compañías en copropietarias: las dos han invertido hasta el momento más de 8 millones de euros y la tecnología sigue su curso a través de la startup Sunrgyze.
Cárdenas ha aprovechado la jornada también para adelantar que Repsol, junto a Saudi Aramco, pondrá en marcha la primera planta de combustibles sintéticos, que supondrá una inversión conjunta de 103 millones de euros y se instalará en el Puerto de Bilbao. Está previsto que esta planta de 'e-fuels' esté concluida a finales de 2025 y sea una de las mayores instalaciones del mundo. Esta alianza confirma la filosofía de Repsol de "innovar a través de la colaboración", subraya Cárdenas, que hace un llamamiento a que "empresas, administraciones públicas y universidades vayamos de la mano para lograr la movilidad sostenible que necesita el mundo".