Repsol ya lleva tiempo demostrando la fuerte apuesta que está llevando a cabo por el hidrógeno renovable. De hecho, el objetivo es claro: colocarse como tercer productor en Europa, liderando a su vez la producción en España –país privilegiado gracias a la gran disponibilidad de recursos solares y eólicos–. Por ello, han presentado un plan para impulsar esta energía que cuenta con varios proyectos e iniciativas por valor de más de 2.500 millones de euros hasta 2030 –y con los que se instalarán hasta 1,9 gigavatios en el mismo año–.
Tomás Malango, director de Hidrógeno de Repsol, ha sido el encargado de presentar la estrategia. Una estrategia en la que, cabe recordar, no se empieza desde cero. La compañía es “el primer productor y el primer consumidor de hidrógeno en España y utiliza este gas desde hace décadas como materia prima en sus procesos industriales para fabricar productos esenciales para la movilidad, la construcción, el sector sanitario y el agrícola, entre otros sectores”.
Pero, como cualquier empresa energética o complejo industrial, se encuentra en pleno proceso de transformación. De ahí que busque evolucionar en polos multienergéticos que fabriquen productos de baja, nula e incluso negativa huella de carbono con materias primas sostenibles, como los residuos de distinta naturaleza y a los procesos más eficientes y descarbonizados.
Para ello, Repsol empleará a través de su plan distintas tecnologías con las que lograr sus objetivos de producción de hidrógeno renovable, entre las que destacan la electrólisis, la producción a partir de biogás y la fotoelectrocatálisis, –tecnología que está desarrollando junto a Enagás–.
Y, por otro lado, con la creación de grandes polos regionales en torno al hidrógeno renovable –algunos ya se encuentran en marcha– con el objetivo de “acoplar la producción y la demanda de este gas y conseguir así ecosistemas eficientes”.
Proyectos para hidrógeno renovable
Malango ha indicado que ya se están haciendo plantas de electrizadores en sus complejos industriales. Como por ejemplo, en Bilbao, en la refinería de Petronor, donde llevan desde el pasado 20 de septiembre con su primera instalación. Esta, con una capacidad de 2,5 megavatios, entrará en funcionamiento en el segundo semestre de 2022 y abastecerá tanto a la refinería como a algunas instalaciones del Parque Tecnológico de la Margen Izquierda de hidrógeno renovable.
Pero no es el único caso. Habrá electrolizadores también en Cartagena y Tarragona. Y en todos sus complejos adaptarán lass infraestructuras de producción de hidrógeno convencional para la obtención de hidrógeno renovable a partir de biogás, con distintas tecnologías vinculadas con la economía circular.
Es así como serán capaces de producir hidrógeno a partir de residuos orgánicos de diferentes procedencias, como los residuos urbanos, biomasa o distintos subproductos de industrias agrícolas y ganaderas. De hecho, en Cartagena, antes mencionada, ya se han realizado las primeras pruebas de este tipo, donde han conseguido “fabricar combustibles de baja huella de carbono empleando hidrógeno renovable”.
La movilidad, esencial para Repsol, tendrá su protagonismo en el puerto de Bilbao, junto con Saudi Aramco, donde se creará una de las mayores plantas del mundo de combustibles sintéticos, utilizando hidrógeno renovable y CO2 como únicas materias primas. La planta se pondrá en funcionamiento en 2024 y tendrá una capacidad de más de 2.100 toneladas anuales.
Para él, “la combinación de biocombustibles avanzados, combustibles sintéticos e hidrógeno renovable es la opción tecnológica más competitiva para superar los desafíos de la descarbonización en sectores donde actualmente la electrificación no es viable”.
Y entre otros grandes proyectos se encuentran también los valles de hidrógeno, planes de transición energética para regiones como Euskadi, Cataluña, Asturias o Murcia. Según Tomás Malango, “conceptualizamos la descarbonización no solo como una palanca ambiental, sino también financiera y orientada a los negocios, y los valles del hidrógeno son una oportunidad de negocio para España”.
La fotoelectrocatálisis, futuro de la descarbonización
Para entender el plan de Repsol es esencial hablar de la tecnología de fotoelectrocatálisis, considerada como el futuro de la descarbonización, que permite emplear solo agua y energía solar para producir hidrógeno renovable, y es una de las vías tecnológicas en las que trabaja la compañía –junto a Enagás– para descarbonizar la generación de este gas.
“Su novedoso diseño permite la ruptura de la molécula de agua en hidrógeno y oxígeno renovable en un solo paso, directamente a partir de la radiación solar y sin necesidad de conectar los dispositivos a una fuente de energía eléctrica. De esta manera se consigue reducir de forma significativa el coste del proceso al no depender del precio de la electricidad, al mismo tiempo que se incrementa su competitividad”.
Malango, Además, ha asegurado que tienen "la ambición de llevar la tecnología a escala comercial antes de 2030, empezando por la planta de demostración de Puertollano, prevista para el año 2025. En caso de éxito, esta tecnología otorgará a España una posición de liderazgo tecnológico en la nueva cadena de valor del hidrógeno”.