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WindFloat, el primer parque eólico flotante de Europa

La innovadora obra de ingeniería creada por Windplus –consorcio de cuatro empresas en el que se encuentra Repsol– ya está plenamente operativa
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El parque eólico marino WindFloat Atlantic. (Imagen: Repsol)

En julio del pasado año, Repsol informó de que los astilleros de Ferrol estaban ensamblando la primera turbina de una plataforma flotante llamada WindFloat Atlantic, el primer parque eólico flotante semisumergible en el mundo –primero flotante en Europa–. Un año después, la obra de ingeniería ya está terminada  y completamente operativa a unos 20 kilómetros de Viana do Castelo (Portugal).

Desde Repsol explican que el proyecto WindFloat, gracias a su tecnología, alcanza una capacidad de suministro de 25 megavatios, el equivalente a una población de 60.000 habitantes –equivalente también al ahorro de casi 1,1 millones de toneladas de CO2–. “Cuenta con las turbinas más grandes y potentes jamás instaladas en una infraestructura flotante –aseguran–. La altura total es de 190 metros, la mitad de uno de los rascacielos más grandes del mundo y el diámetro del rotor es de 164 metros, casi el doble de la envergadura del avión de pasajeros más grande del mundo”.

Básicamente, como explican desde Repsol, es una agrupación de molinos eólicos o aerogeneradores que flotan en el mar y producen electricidad a partir del viento. “Su gran ventaja –especifica– es que, al estar sobre el mar, se asegura una velocidad del viento más estable, dada la ausencia de obstáculos”.

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Mantenimiento de plataforma flotante. (Imagen: Repsol)

WindFloat funciona así: los molinos eólicos aprovechan la fuerza del viento en el mar, así que el viento no encuentra obstáculos y alcanza una velocidad alta y constante, produciendo una gran cantidad de energía renovable. Por otro lado, la fuerza del viento hace girar las palas del aerogenerador y este convierte la energía cinética en electricidad. Así, la energía eléctrica se transporta por cables submarinos hasta la costa que, una vez allí, pasa por una subestación donde es transformada y llevada luego por las líneas eléctricas la llevan hasta los hogares, empresas, hospitales, etcétera.

Pero, ¿qué es lo que le diferencia de otros parques eólicos marinos? Al parecer, dos cuestiones fundamentales: “La primera, que, gracias a la tecnología Windfloat, se puede situar en zonas más alejadas de la costa, donde los vientos son más fuertes e irregulares. Y segundo, que al no estar soportados por estructuras fijas, sino flotando sobre plataformas, son más respetuosos con el medio ambiente”, ya que no dependen de complejas operaciones offshore.

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Entre sus principales ventajas, destaca que, al situarse en aguas muy profundas, se puede acceder a recursos energéticos en áreas marinas “Sumamente amplias de cara a abordar retos sociales de gran calado, como la transición hacia la energía limpia, la seguridad de la energía y el cambio climático, al tiempo que se genera puestos de trabajo, crecimiento económico y oportunidades para la inversión sostenible”.

Las tres plataformas se construyeron entre España y Portugal, una de ellas, concretamente la última, se desarrolló en los astilleros de Avilés y Fene, mientras que las dos primeras hicieron lo propio en Setúbal. Desde Repsol destacan también su tecnología de montaje, un ensamblaje en dique seco que ha permitido importantes ahorros logísticos y económicos gracias al remolque de las plataformas por medio de remolcadores corrientes. Y eso que son unas plataformas ideadas para anclarse a más de 40 metros de profundidad, capaces de soportar olas de más de 17 metros y vientos de más de 60 nudos (unos 112 kilómetros por hora).

Aerogenerador de WindFloat desde astilleros. (Imagen: Repsol)

Para Repsol, WindFloat es un “hito clave” para el sector. “La tecnología eólica flotante contribuye a la diversificación del origen de la energía, brinda un acceso a áreas marinas sin precedentes y supone un avance tecnológico relevante de cara a la descarbonización de la economía”. De hecho, el parque eólico marino tiene una vida útil de 25 años, lo que, según la compañía, garantiza la producción de energía limpia y sin emisiones “de forma ininterrumpida” durante todo este período.

El consorcio Windplus, formado por EDP Renováveis, ENGIE, Repsol (que cuenta con el 19,4 % del consorcio) y Principle Power Inc., se formó hace una década. Diez años desde que garantizaron instalar y conectar tres plataformas –con una altura de 30 metros y una distancia de 50 metros entre sus columna– que permitieran albergar aerogeneradores de 8,4 megavatios, los más grandes del mundo jamás instalados en una superficie flotante. 

“El modelo WindFloat –avisan– tiene avances técnicos que permitirán ser replicado en otras geografías con lechos marinos o profundidades marítimas poco favorables que no permiten optar por la tecnología eólica marina tradicional fijada al fondo”.

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