La transformación de vehículos de gasolina o diésel en eléctricos se ha convertido en una alternativa atractiva para aquellos que desean reducir su huella de carbono y aprovechar los beneficios de la conducción eléctrica sin tener que adquirir un vehículo nuevo. Esta conversión se conoce como retrofit y gana cada vez más popularidad ante la norma europea que prohíbe a los fabricantes vender coches de combustión a partir de 2035.
Este procedimiento se ha convertido para los conductores en la puerta para obtener la etiqueta CERO emisiones de la DGT, lo que permite a sus usuarios moverse sin ninguna limitación por las Zonas de Bajas Emisiones. También permite extender la vida útil del coche, obtener un menor gasto por kilómetro y menor mantenimiento además de poder aparcar en la calle sin tener que pagar. El auge del retrofit ha llevado a la empresa carwow, comparador de vehículo nuevo, a elaborar una guía específica sobre esta nueva tendencia.
"Llevamos meses arrastrando importantes subidas en torno al carburante y otros factores que afectan a todo aquel que utiliza un vehículo habitualmente para ir a trabajar, hacer la compra o llevar a los niños al colegio. 2023 parece que va a seguir la misma tónica", explican desde carwow. La empresa ha puesto cifras a este razonamiento: hoy en día, llenar el depósito del coche cuesta, de media, un 17% más para los vehículos de gasóleo y un 19,9% más para los de gasolina. "Además, a esto hay que añadir otros costes asociados a los vehículos, como los impuestos, tasas y multas, que conforme pasan los meses se van encareciendo", apuntan.
Entre los beneficios del retrofit está también extender la vida útil del coche, obtener un menor gasto por kilómetro y menor mantenimiento además de poder aparcar en la calle sin tener que pagar. Por el contrario, es una acción que entraña ciertas complicaciones y solo pueden realizarla expertos. Asimismo, el procedimiento de homologación del nuevo sistema es complejo, la autonomía se ve reducida y el usuario se vuelve dependiente de la infraestructura de carga, que actualmente aún es limitada y con largos de tiempos de recarga. El coste de la conversión también es una variable a tener en cuenta.
"Antes de decidir transformar nuestro vehículo en uno eléctrico a través de este procedimiento, es importante tener en cuenta que no todos los vehículos son adecuados para realizarles un cambio tan agresivo. Aunque es cierto que, salvo contadas excepciones, todos los coches pueden adaptarse a un formato eléctrico, son los antiguos y pequeños los que resultan más sencillos ya que cuantos menos componentes eléctricos y de menor tamaño tengan, más sencilla resulta la adaptación", remarcan desde carwow.
Pasos para un retrofit perfecto
1. Evaluación del vehículo. Acudir a un taller especializado para que revise el coche y determine si es capaz de recibir el “trasplante” de componentes. Para ello es vital que el coche esté dado de alta en la Dirección General de Tráfico y que tenga la ITV en vigor.
2. Eliminación de los componentes térmicos. Una vez recibido el visto bueno de los profesionales, el primer elemento en desaparecer es el motor de combustión seguido de la transmisión, el sistema de escape y el depósito del combustible. Precisamente es este cuarto componente el que entraña un mayor riesgo ya que puede contener combustibles o gases inflamables que arden muy fácilmente. Por el contrario, otros elementos básicos como el cableado necesario para que elementos indispensables funciones deben mantenerse.
3. Preparación. Se realizan distintas operaciones intermedias como el anclado de la batería y el motor eléctrico al chasis del vehículo.
4. Instalación de las nuevas piezas. Es el paso relacionado más directamente con la conversión, ya que incluye la instalación de la batería, la pieza más grande, cara y pesada de todas y cuya instalación es delicada ya que debe realizarse con mucho cuidado para no dañar ningún elemento en el proceso.
5. Pruebas y homologación. Una vez que todos los elementos están colocados y anclados, el nuevo vehículo eléctrico debe pasar satisfactoriamente diferentes pruebas para comprobar que todos los elementos responden, que el coche no ha perdido funcionalidades y que el conjunto de la estructura del vehículo puede soportar los nuevos elementos sin problemas. Si todo el proceso recibe la aprobación, llega el momento de la homologación que debe realizar un centro de certificación autorizado cuya aprobación será vital de cara a conseguir el visto bueno de la ITV. Si llegados a este punto todo está correcto, el nuevo vehículo por fin estará autorizado para circular de forma legal.
6. Precio. El coste medio de la conversión suele estar entre los 12.000€ y los 15.000€ en función del modelo, tipo de transformación y de los posibles problemas o inconvenientes que puedan aparecer en el camino. Se trata de una cifra elevada pero aun así bastante alejada de los precios que ronda un vehículo eléctrico nuevo en el mercado actual.