«La impresión 3D es una tentación para los diseñadores y arquitectos». Ha sido una de las conclusiones que ha dejado la presentación de la tercera edición de los Robotics Public Debates, con la Norman Foster Foundation como anfitriona. Durante el debate, que ha reunido a referentes del diseño como Xavier de Kestelier, director y jefe de diseño, tecnología e innovación de HASSELL Studio, se han considerado las posibilidades e implicaciones del uso de la robótica y la impresión 3D en la arquitectura y el diseño de este siglo. El propio De Kestelier sostiene que «su verdadero impacto aún está por llegar».
El interés de este arquitecto en el diseño de edificios espaciales y su creencia en que los arquitectos tienen un papel central en el diseño de cualquier asentamiento incluso fuera de la propia Tierra –en Marte o la Luna, por ejemplo– le ha llevado a explorar estructuras impresas en 3D como protección para los astronautas de la radiación solar, meteoritos o temperaturas extremas. Desde coches impresos en 3D hasta violines, «las nuevas tecnologías han sido proclamada como el comienzo de la Cuarta Revolución Industrial», apunta De Kestelier, para quien los próximos años van a ser claves «en la manera que se conciben las viviendas, los edificios y también los espacios de trabajo».
Philip Beesley, director del Living Architecture Systems Group, explica que existe un desafío más allá de construir el entorno en el que vivimos. «Debemos encontrar una forma coherente de trabajar con el mundo que nos rodea. En este sentido, la impresión 3D «puede ser una herramienta para una arquitectura que se integra con ecosistemas biológicos y humanos».
En paralelo, durante el encuentro se ha reflexionado sobre si la tecnología debe adaptarse a las necesidades del usuario o si el usuario debe adaptarse a a las demandas de la tecnología. «Las tecnologías más avanzadas son aquellas que la gente no tiene por qué entender para usarlas», asegura Adrian Bowyer, fundador y director de RepRap Ltd. También se ha puesto sobre la mesa cómo la impresión 3D puede ser una herramienta para una arquitectura que se integra con ecosistemas biológicos y humanos. «Nuestro trabajo está en el nexo entre los sistemas de materiales, los sistemas de energía y los sistemas de agua. Nos interesa la impresión en 3D por la forma en que interactúa con otros sistemas», afirma Anna Dyson, directora y fundadora del Yale Center for Ecosystems in Architecture. Para esta experta, la clave pasa por «pensar en cómo podemos aprovechar la inteligencia de los sistemas naturales y reconstituirlos».
En el marco del evento se incluyen, hasta este viernes, seminarios, conferencias, clases particulares y visitas guiadas sobre arquitectura, unos planes en consonancia con el propósito de la Norman Foster Foundation de fomentar el pensamiento y la investigación interdisciplinar para ayudar a nuevas generaciones de arquitectos, diseñadores y urbanistas a anticiparse al futuro.