El Centro de Tecnología Repsol ha finalizado con éxito el proyecto Sherlock II, que combina data science, física y diferentes métodos numéricos para lograr representaciones digitales de las rocas del subsuelo. El proceso consiste en escanear con una tomografía de rayos X fragmentos irregulares de roca de hasta unos pocos milímetros. La principal ventaja de esta tecnología es que permite crear modelos en 3D para realizar, de manera virtual, las mismas pruebas que se hacen en los laboratorios de petrofísica tradicional.
La porosidad, la permeabilidad o la interacción de la roca y los fluidos que ésta contiene son algunas propiedades que los científicos están investigando con el objetivo de encontrar la mejor forma de extraer el petróleo o el gas. Este tipo de digitalización puede facilitar el análisis de muestras de roca en todo el mundo, que ya no es necesario que sean trasladadas a Madrid para su estudio. Este es un factor interesante para Repsol, que con el nuevo proyecto ha extendido su actividad a nuevos países.
La petrofísica digital, una de las 7 áreas de conocimiento claves en tecnología por las que Repsol ha decidido apostar en 'Exploración y Producción', permite realizar "en 3 semanas experimentos que antes implicaban 3 meses", explica Carlos Santos, científico del Centro de Tecnología Repsol y uno de los coordinadores del proyecto Sherlock II. Hasta ahora, para analizar las propiedades de un pozo exploratorio, era necesario extraer un núcleo del subsuelo, un cilindro de roca de centenares de metros y de unos 10 centímetros de diámetro, algo que para Santos resulta "logísticamente complejo y que puede incluso triplicar el coste de un pozo".
En su apuesta por la innovación tecnológica, Repsol ha desarrollado un sistema de tomografía que permite alcanzar una representación exacta hasta llegar a la resolución que permiten los instrumentos de la roca en 3D. "Se trata de un doble digital de la roca que si lo imprimieses en una impresora 3D saldría el mismo objeto", asegura Santos. Frente a las piedras físicas, transformar piedras en datos también facilita su almacenamiento, lo cual supone otra ventaja del proceso. "La única garantía que tenemos para el éxito a largo plazo es la innovación; en Repsol lo hemos entendido desde hace tiempo y la adaptamos a todas nuestras actividades", añade.