La filosofía detrás de RocketBot es clara: más tiempo para las personas. Más tiempo para conciliar el trabajo con la vida personal. Más tiempo para aportar valor a las empresa. “Para nosotros el valor está en las actividades de responsabilidad, de creatividad, de interacción con otros humanos. Todo lo que es repetitivo y aburrido, ojalá lo pueda hacer un bot», explica el CEO de la empresa chilena, Juan Jorge Herrera. Su empresa se dedica precisamente a diseñar esos bots, robots de software que imitan las tareas repetitivas que haría un humano en un ordenador. Rocketbot es una de las cinco firmas de RPA (siglas en inglés para automatización robótica de procesos) más importantes del mundo. La única latinoamericana.
En palabras sencillas, según explica Herrera, la RPA es usar bots —no robots—, que habitan solo en el espacio del software, para automatizar procesos de negocio. Los mismos de los que se habla en redes sociales como Twitter o Instagram pueden “ser las manos y los ojos de un ejecutivo que está frente a un computador”, resume el CEO. Están ahí para quitar de las manos de ese profesional trabajos mecánicos como copiar y pegar información entre plataformas.
“Hay miles de procesos así que se pueden automatizar en una empresa”, agrega Herrera, y ejemplifica: «Entrar a una página web de un banco, descargar las carteras financieras, colocarlas en un Excel, hacer las operaciones matemáticas, abrir el correo, pasarlas a un PDF y enviarlas al contador. Esto lo hacía una persona, todos los días, de nueve a 11 de la mañana. Ahora tiene ese trabajo listo a las ocho de la mañana, con un bot».
Máxima flexibilidad
Rocketbot empezó hace cuatro años y se tuvo que enfrentar a problemas muy distintos que los de su competencia internacional. En Latinoamérica, asegura Herrera, los procesos tienen que ser más rentables que en el resto del mundo, porque los salarios son bajos y las empresas tienen más limitaciones a la hora de invertir. “Nuestra filosofía siempre fue empezar por procesos que resultaran sencillos, no necesariamente en el centro de la operativa de la empresa, y para eso teníamos que tener licencias más flexibles y de bajo costo”, cuenta el experto.
Para Herrera, la condiciones de Latinoamérica imprimieron en el ADN de la empresa diferencias que hoy son fundamentales para competir en el panorama internacional, sobre todo en campos como la tecnología donde no se espera grandes cosas de la región. “Somos los únicos que pueden tener robots trabajando en paralelo en el mismo computador, lo que en términos económicos es una diferencia enorme”, explica. “Otra diferencia es que pueden operar al 100 % en interno. No necesitan acceso a internet”. Esa característica ha sido clave para abrir las puertas de sectores como el bancario en el que por motivos de seguridad las empresas prefieren usar sus propios servidores.
Rocketbot también es capaz de trabajar en todas las plataformas Mac, Windows y Linux. Todo eso hizo, según Herrera, que sean la empresa de RPA con más clientes en Latinoamérica. Pese a que operan en Estados Unidos, España, y cuentan con licencias en 18 países, la mayor parte de la operación de RocketBot está en la región. Un logro importante en un mercado complejo y que el empresario chileno describe como desigual.
Una nueva etapa en la región
“¿En qué difieren los países de Latinoamérica? Yo diría que unos están más avanzados que otros”, detalla, “pero todos se están subiendo al mismo carro”. La pandemia ha sido un gran motor para la transformación digital de la región. La digitalización y la automatización se volvieron fundamentales para todos los negocios, lo que en última instancia significa una oportunidad de cambio. “Ahora todos en Latinoamérica más o menos lo entienden así y están buscando herramientas”, enfatiza Herrera.
Pero ganarse la confianza de las empresas latinoamericanas requiere más que eso. Para el directivo la clave está en “creerse el cuento y tirarse a la piscina”. “Al principio hay que romper una barrera, eso nos pasa culturalmente a los latinoamericanos, tratamos de darle menos oportunidades a las cosas que desarrollamos aquí” en lugar de algo de hecho en Estados Unidos o Europa. Principalmente en el campo de la tecnología, explica. “Se nos ocurrió competir con estos gigantes porque vimos una oportunidad”.
Fue así que el equipo de RocketBot buscó crear una herramienta más flexible, competitiva en precio y con base en lo que Herrera llama una “segunda ola” de la RPA. En esta, los bots están construidos con Python, el lenguaje de programación de la inteligencia artificial. El empresario explica que este tipo de programación permite que sus clientes creen un robot con funciones de «drag and drop» y que se ajuste a sus necesidades. Sin embargo, los verdaderos beneficios se ven a la hora de desarrollar los sistemas: “La flexibilidad que te aporta el hecho de que el lenguaje pueda correr en segundo plano hace que la herramienta sea más potente”, concluye.
Es precisamente la inteligencia artificial la que cambiará el futuro del sector. RocketBot ya lo tiene en la mira. «La hiperautomatización es lo que viene ahora”, asegura el CEO, “ya tenemos ejemplos de cómo usarla. Desde preguntarle a Chat GTP cómo podríamos mejorar los bots; hasta cosas más prácticas, como la lectura de documentos”. La inteligencia artificial permitirá a la empresa hacer aún más sencillas las vidas de sus clientes. “Nuestro futuro está en seguir automatizando procesos cada vez más complejos”, zanja.