Rodrigo Cancino: “El hogar del futuro requiere materiales eco amigables”

Gerente de I+D+i de Rootman, finalista del programa ‘Hogar del Futuro’
Rodrigo Cancino, gerente de I+D+i de Roorman
Rodrigo Cancino, gerente de I+D+i de Roorman

Muchas cosas han cambiado a la hora de construir una vivienda, un proceso en el que la sostenibilidad cada vez juega un papel más importante, especialmente en el caso de los materiales. Aprovechando esta tendencia, la empresa chilena Rootman ha desarrollado un sistema de aislación térmica y sonora a base de raíces que, además, protege el domicilio en caso de incendio, ya que retarda la propagación de llamas.

“El aislante natural Thermoroot tiene muchas ventajas: es cien por cien natural, no cuenta con aditivos de ningún tipo, y se puede producir en un máximo de 15 días con mínimos requerimientos de energía y agua, en distintas condiciones geográficas y climáticas”, afirma Rodrigo Cancino, gerente de I+D+i de Rootman.

Hablamos de “un material con capacidad de aislante térmico, absorción sonora y resistencia al fuego, todo en uno”. “No hay otro material natural que cuente con estas prestaciones”, añade Cancino, quien habla de aunar, en un mismo producto, “confort y seguridad”. Todo ello les ha permitido ser uno de los nueve proyectos finalistas del programa ‘Hogar del Futuro’, una iniciativa liderada por Telefónica de innovación colaborativa entre grandes empresas y emprendedores.

“Esto significa que se reconoce que el hogar del futuro requiere materiales eco amigables, sostenibles y de calidad, que entreguen confort al hogar y, además, seguridad”, afirma al ser preguntado por esta distinción. Espera también que suponga un impulso “para llevar la tecnología de Rootman a una escala de industrialización”.

PELDAÑO A PELDAÑO

Los primeros pasos de Rootman tuvieron lugar en 2011 y fueron apoyados por el Fondo de Innovación Agraria (FIA). Al principio solo contaban con un material en el que vislumbraban “cierta capacidad de aislación térmica y absorción sonora”. “Con los años se fue concluyendo el desarrollo de la tecnología”, afirma este químico.

Dos años después contaban con una material de contenido radicular mayoritario y dimensiones definidas, 50 por 50 centímetros –el espesor puede variar, dependiendo de las necesidades, desde 3 hasta 10 centímetros–. “Posteriormente realizamos los análisis del material que certifican su capacidad como aislante térmico (0,036 W/Km) y de absorción sonora a frecuencias altas”, explica

Peldaño a peldaño, en Rootman han ido materializando lo que al principio no era más que una idea. Primero validaron la resistencia a la llama realizando ensayos propios. Luego, con la supervisión del Departamento de Estudios Técnicos de Bomberos de Los Ángeles, probaron con una solución constructiva que incorporaba su material, denominado Thermoroot, en el interior de una tabique, y superaron la hora el tiempo de resistencia al fuego, “frente a un producto tradicional que no superó los 20 minutos”.

Ha sido difícil”, reconoce Rodrigo Cancino. “En un comienzo se acercaron a nosotros grandes empresas interesados en generar negocios”. Y, aunque cerraron algunos acuerdos de colaboración, estos no prosperaron.

“Pero nuestra tozudez es mayor y continuamos con los distintos desarrollos en el área de construcción sustentable y agricultura de alto desempeño, siempre con el foco en la sostenibilidad”.

PROCESO INDUSTRIAL

En 2017 nació Rootman como empresa enfocada en la industrialización. “Hasta ese entonces éramos un laboratorio de investigación en búsqueda de licenciatarios en Chile, pero ese es un negocio difícil de llevar adelante, razón por la cual nos decidimos a ser nosotros quienes desarrollaran la tecnología”, añade.

Por eso actualmente están entrando en una fase industrial, un nuevo reto que emprenden con el apoyo de Corfo y Masisa S.A. En concreto, trabajan para contar con dos plantas de producción, una en Puerto Montt, al sur de Chile, y otra en Los Ángeles, Región del Biobío, en el centro del país.

Con independencia de la fase en la que se encuentra el proyecto, hay un factor que no ha cambiado desde el principio: la sostenibilidad ambiental. “No nos podemos dar el lujo de desarrollar innovaciones sin considerar el satisfacer las necesidades económicas, sociales, de diversidad cultural y de un medio ambiente sano de la actual generación, considerando la satisfacción de las generaciones futuras. No solo debemos trabajar en armonía y comprometidos con la sustentabilidad, sino además com la sostenibilidad”.

Respecto a los pasos que tiene que dar Chile para mejorar su compromiso con la I+D+i, Cancino considera necesario “que se diferencie un emprendimiento de una innovación”. “Deben existir instrumentos y claridad para impulsar y desarrollar ambos en paralelo y de forma diferenciada”, afirma.

“Cambiaría los paradigmas frente a la innovación, potenciaría la participación del mundo privado –continúa–. Lo que hace el estado de Chile es muy relevante, pero debe concretarse la participación de empresarios, que son quienes tienen la claridad y la visión de futuro que la innovación necesita”. “Nos llenamos la boca hablando de construcción sustentable, pero ¿qué estamos haciendo realmente por llevar esta a cabo? Creo que estamos en deuda”. 

Deja un comentario

Especiales