Normalmente cuando una persona piensa en un robot se le viene a la mente una imagen de ciencia ficción. Pero en el Concello de Rois (A Coruña, 4.500) desde hace medio año esa palabra suele asociarse a un burócrata aislado en un cuarto dentro del Ayuntamiento. No es un androide como en Star Wars, pero sí es más útil. Y sobre todo: es real.
El novedoso trabajador municipal es, en realidad, un programa dentro de un ordenador portátil. Su función es hacer funciones mecánicas y engorrosas que, de no ser por este aparato, le quitarían horas preciadas a un burócrata de carne y hueso. El sistema que implementó el Ayuntamiento se llama automatización robótica de procesos (RPA, por sus siglas en inglés) y forma parte de un proyecto innovador de la empresa compostelana AUDICON, que instaló otro robot en la Diputación de Badajoz.
Originalmente, la RPA estuvo en modo prueba. Lo que hizo a finales de 2020 fue presentar información a Hacienda, y estuvo supervisado por la interventora Begoña Collazos. Al otro lado de la línea, la funcionaria admite que en un principio todos eran escépticos:
— ¿Esperaban que funcionase bien?
— (Ríe) La verdad es que no
Pero ahora el robot va más allá: ha gestionado sin problema alguno los Presupuestos del Ayuntamiento, unos 3.000.000 de euros. Lo que hizo el aparato fue, en pocas palabras, la parte más engorrosa: rellenar celdas de Excel y llenar formularios. Claramente, después de que el programa hace lo suyo los funcionarios se cercioran de que todo está en orden. “Un trabajo que puede llevarnos unas ocho horas, [el robot] lo hizo en 20 minutos”, cuenta satisfecha Collazos.
De acuerdo con AUDICON, próximamente habrá nuevos Ayuntamientos que trabajarán con este mecanismo. El propósito, según ha detallado la firma en un comunicado, será que las administraciones se concentren en cuestiones de fondo y que sean las máquinas las que se encarguen de lo mecánico.
En municipios pequeños como Rois el papel del Concello es fundamental en las vidas de los pobladores. Esta pequeña localidad está a poco más de 20 kilómetros de la capital de Galicia y eso, para el Ayuntamiento, supone una oportunidad y un reto: ser un sitio atractivo para vivir. Este tipo de programas tienen como objetivo que el consistorio sea más eficiente y pueda concentrarse exactamente en eso, en la calidad de vida de los vecinos.