Investigadores de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) han desarrollado un nuevo programa para proteger a los niños y adolescentes de los riesgos de Internet. Cuenta con una particularidad distintiva: ofrece una prevención integral y contra múltiples riesgos –ocho en total que van desde el ciberacoso, al sexteo y la nomofobia– en lugar de enfocarse en uno o dos como la mayoría de las herramientas de este tipo.
“Por desgracia, desde hace años hemos comprobado empíricamente cómo la proporción de chicas y chicos con dos o más riesgos de internet simultáneamente es alta o muy alta. La realidad a la que están expuestos es poliédrica y compleja y se necesitan instrumentos de prevención adaptados a esa realidad”, explica a Innovaspain Joaquín González Cabrera, investigador principal del grupo de Ciberpsicología de la UNIR, que diseñó y validó el programa, denominado Safety.net.
El programa de prevención multirriesgo se distingue también por haber sido creado para –y testeado por– estudiantes de entre 11 y 14 años, un rango de edad recomendado para el trabajo de prevención primaria. “Safety.net (y su futura versión de 2.0) tiene la misión de ser una vacuna educativa para los riesgos de internet en adolescentes”, define y resume González Cabrera.
“Ofrecer más prevención en el menor tiempo posible»
La “vacuna educativa” incluye pautas para riesgos en Internet tanto relacionales, que son aquellos que surgen de la interacción con otras personas a través de la red (como el ciberacoso, el sexteo, el ciberembaucamiento y el abuso online en la pareja); como disfuncionales, que derivan de un uso inadecuado de la tecnología, como la utilización problemática en general, el trastorno del juego, los juegos de azar y la nomofobia (el miedo irracional a estar sin el teléfono móvil).
Las competencias se imparten en sólo dieciséis sesiones de una hora, divididas en cuatro módulos, con actividades interactivas. La estructura y duración permiten de este modo aplicarlo en un cuatrimestre. “Ofrecer más prevención en el menor tiempo posible es un aspecto tan positivo como necesario”, explica González Cabrera.
El alcance y la respuesta
Safety.net surge dentro de un proyecto de investigación del equipo de Ciberpsicología, que fue financiado parcialmente por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y que contó con la participación de educadores y alumnos de todo el país. La versión final fue testeada, de hecho, por 726 estudiantes de 12 centros educativos, en cinco comunidades autónomas: Aragón, Castilla La Mancha, Castilla y León, Madrid y Principado de Asturias. La versión piloto ha sido utilizada por más de 1.200 alumnos y 60 tutores. Y tras la publicación de los últimos resultados, se está estudiando su distribución general.
Según los estudios y encuestas realizados para ver el desempeño del programa, el 54,7% de los menores dijo, por ejemplo, haber aprendido “qué es el sexting y por qué es peligroso enviar fotos comprometidas y sexuales a otras personas”, mientras que el 47,21% indicó que entendía mejor “qué es grooming y qué puedo hacer si un adulto me chantajea”. Un porcentaje similar señaló además que era más consciente de que el control y el desprecio a la pareja a través de internet a veces empieza de formas muy sutiles.
Nuevos riesgos, nuevas actualizaciones
“Por desgracia, la sociedad y los problemas avanzan más rápido que la investigación y apenas terminamos un proceso complejo de validación vemos que necesitamos incluir nuevos riesgos a los que están expuestos nuestros menores”, indica González Cabrera.
Por ello, el grupo de investigación está trabajando en incluir el uso problemáticos de las redes sociales, profundizar en los problemas de sexting (consentido, no consentido y coercitivo) y agregar una prevención sobre el uso problemático de la pornografía o la prevención de la compra de cajas de botín (apuestas encubiertas en videojuegos). Esperan empezar el nuevo proceso de prueba y validación en el curso académico 2024/25 para tener lista una versión mejorada antes de finalizar el curso 2025/26.
“Los programas deben siempre estar basados en la evidencia y esto lleva un tiempo, pero es totalmente necesario para poder conocer si funciona debidamente”, concluye el investigador.
