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Salomé Laredo (IHAN): “La madre puede amamantar como quiera. No hay tabúes”

La presidenta de la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia celebra el altruismo de las donantes de leche materna 
Salomé Laredo, presidenta de IHAN.
Salomé Laredo, presidenta de IHAN.

Salomé Laredo Ortiz (Valencia, 1966), presidenta de la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (IHAN), defiende una lactancia libre de imposiciones sociales. “No hay normas, no hay una edad tope [para dejar de amamantar]. Lo decide la madre. Se puede amamantar como quieras, no hay tabúes”, sostiene.

“Las mujeres pueden amamantar a un hijo pequeño y a otro más mayor, que es una lactancia en tándem, pueden amamantar estando embarazadas […]. Pueden hacer lo que quieran, no tienen que estar condicionadas por la sociedad”, subraya Laredo, que forma parte de la iniciativa Innspiradoras de la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana (REDIT).

Sobre IHAN

La IHAN, una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF para la humanización de la asistencia al nacimiento y la lactancia, trabaja por la acreditación en calidad de hospitales, centros de salud, y desde 2023, de las unidades de cuidados intensivos de neonatales. Esta acreditación certifica que se dan las mejores prácticas asistenciales en relación al nacimiento y la lactancia y tiene reconocimiento internacional.

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“Hay que cumplir los 10 pasos para una lactancia exitosa que promulga la OMS y UNICEF, el Código Internacional de Sucedáneos de la Leche Materna y, por supuesto, que todo esté basado en la evidencia científica”, precisa Laredo. 

Hace unas semanas entró en vigor en España el nuevo permiso de lactancia que reconoce el derecho de las personas trabajadoras a ausentarse del trabajo una hora, que puede dividirse en dos fracciones de media, para cuidar al bebé lactante hasta que cumpla los nueve meses. Se contempla en casos de nacimientos, pero también de adopción, guarda con fines de adopción o acogimiento. Además, la duración del permiso se incrementa proporcionalmente si se tiene más de un bebé recién nacido, adoptado o acogido.

Defensora del derecho a amamantar libremente

Laredo, doctora en Farmacia por la Universidad de Valencia, se convirtió en una fiel defensora del derecho a amamantar cuando se convirtió en madre hace 24 años y tuvo problemas al inicio de la lactancia. Su hija no ganaba peso. Afortunadamente, no estaba sola. “Yo tenía una matrona que para mí fue fundamental”, relata, y con su ayuda, la de su marido y de un grupo de mujeres consiguió reunir “la fuerza necesaria para superarlo y continuar amamantando”. “Te das cuenta de que hay muchísima presión de la sociedad, de las opiniones con mucho cariño pero poco formadas: pues déjalo, no te compliques la vida, dale un biberón”, recuerda que le decían.

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Gracias a su matrona descubrió los grupos de apoyo de lactancia materna y juntas crearon Amamanta, un grupo de apoyo a la lactancia que organiza talleres de lactancia para madres en centros de salud. Una de sus principales cualidades es que, según Laredo, profesionales y madres trabajan conjuntamente. “No se trata de que las profesionales apoyen a las madres o de que las madres se apoyen entre ellas. Eso funciona, pero funciona con una potencia increíble cuando en los talleres están matronas y madres asesoras”, destaca.

Bancos de leche

La presidenta de IHAN asegura que las donantes de leche “son una muestra de una generosidad, de una capacidad para amar y de un altruismo increíble” y recomienda los bancos de leche donde esta es “adecuadamente procesada” para niños enfermos o prematuros. 

Sobre la donación altruista de leche que algunas mujeres hacen de manera individual, reconoce que puede darse el caso de que una mujer amamante al bebé de su amiga o familiar pero no lo defiende. “Es algo que tampoco se puede evitar pero no es lo que entendemos como donación de leche humana ”.

“La donación tiene un carácter de ayuda a recién nacidos enfermos y prematuros que lo necesiten y debe hacerse de manera controlada hacia las donantes. La madre no puede ser fumadora, ni beber alcohol en exceso, ni tomar drogas. Y tiene que hacerse con unos requisitos de higiene adecuados. Esa leche tiene que pasar unos procesos de pasteurización y tratamientos exigentes”, detalla.

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Asimismo, celebra que crezca la creación de espacios en centros de trabajo o universidades que favorecen la lactancia materna. “Me emociona mucho ver mujeres muy jóvenes que abiertamente optan por ella”, afirma.

La leche materna, “un alimento vivo”

La lactancia permite el correcto desarrollo del bebé tanto a nivel físico, como a nivel psicológico. Un estudio reciente publicado en la revista PNAS mostró que la leche materna promueve el desarrollo cerebral del recién nacido. “El bebé necesita del contacto de su madre prácticamente para sobrevivir. No solo necesita el alimento de su pecho, sino que necesita el contacto para que su cerebro se desarrolle adecuadamente, para que su salud emocional se desarrolle adecuadamente”, asegura Laredo.

La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad y, combinada con otros alimentos, hasta los 2 años. Laredo describe la leche materna como “un alimento vivo”. “Cambia su composición a lo largo del día, no es lo mismo la leche de la mañana que la leche de la noche”, y cambia también según la edad del bebé. 

En definitiva, para Laredo, la leche materna “siempre es un gran alimento, pero sobre todo hay una relación emocional y afectiva de apego seguro. Eso va a durar para toda la vida y es beneficioso tanto para la madre, como para el niño”.