Cuando me invitaron a colaborar en este espacio, me prometí hacer una entrega a la semana. Llevo un par de ellas sin hacerlo. Me imagino que no me habréis echado de menos puesto que no lo esperabais, pero el motivo ha sido de salud familiar: Mi madre se ha roto la cadera y hemos tenido que estar de hospitales, etc. Esta mucho mejor ahora, evoluciona maravillosamente, gracias.
Así que haciendo limonada de los limones, he decidido aprovechar esta circunstancia como inspiración y centrarme en algunos ejemplos de innovación en este rubro que me parecen interesantes.
El primero tiene que ver directamente con la prótesis que le han puesto en la cadera a mi madre. Desconozco si ha sido fabricada con la tecnología de impresión 3D y hecha a medida, pero es muy probable que sí. Muchos de estos implantes ya se hacen con esta tecnología. Lo explica muy bien Avi Reichental en esta charla de TED.
Pero esto es sólo la aplicación más evidente, directa e inmediata de la tecnología de impresión 3D en Medicina: crear prótesis personalizadas a la medida de cada paciente individual. No big deal. Simplemente han abaratado y simplificado un proceso que ya existía, pero que era más complicado y más caro.
Vamos a dar un paso más adelante. Me imagino que muchos de vosotros habréis pensado alguna vez por qué las pastillas de Ibuprofeno son de 600 mg y no de 550, o 372, o las de Omeprazol tienen 20 mg en vez de 14,73 o 26,12, que podrían ser las dosis que serían optimas para ti, dada tu condición genética, estado de la enfermedad, etc.
Pues bien, eso tiene pinta de cambiar en un futuro próximo. Muy pronto podremos imprimir “medicinas individualizadas”, posiblemente en nuestra propia casa. Esto es lo que nos presenta Lee Cronin en esta otra charla de TED.
Esto puede ser absolutamente disruptivo para una de las industrias más poderosas – y todo sea dicho, de peor fama y reputación de este planeta: la industria farmacéutica, BIG PHARMA.
Si somos capaces de “imprimirnos” nuestras propias medicinas a partir de moléculas elementales de acceso universal ¿cuánto tiempo creéis que va a tardar en que la industria farmacéutica implosione como les ha pasado a las de la música o el cine, entre otras?.
Cuando la parte “atoms” de la ecuación se convierte en una “commodity” – tal como ahora los cartuchos de tinta de impresora, “commodity” a precio de sangre de unicornio, pero “commodity” al fin y al cabo – se transforman en un producto y una industria digital, donde lo valioso – la información – es muy fácilmente transferible. Los “atoms” ya importan poco, importan los “bits”. Y eso lo cambia todo.
En mi opinión surgirá una corriente parecida a la del software y el hardware libre, pero en el campo de la química orgánica aplicada a la medicina. Y esto puede cambiar todo lo que conocemos ahora mismo en este campo, como ha pasado y está pasando con todas las industrias “digitales/basadas en bits”.
Pero, como Steve Jobs, que siempre dejaba la última perla de sus presentaciones para el final – el ya famoso “One more thing”, la última bomba es que muy probablemente esta tecnología permita imprimir directamente órganos adecuados para transplantes en humanos. Sí, has leído bien. Imprimirte un reemplazo para tu propio riñón o hígado. Te lo cuenta Anthony Atala en otra charla de TED. Esto está algo más lejos en la hoja de ruta, pero vamos en ese camino.
El 3D Printing, una de las tecnologías que están aupando el más transversal y más inclusivo Makers Movement, es a mi juicio una de las tendencias que van a originar el mayor y más importante impacto y los mayores cambios profundos en las próximas décadas. Esto no ha hecho más que empezar.
Permanezcan atentos a sus receptores. La próxima semana más, si no tenemos que lamentar desgracias sobrevenidas.