Sara Zangri, además de fundadora de Medea Mind, es psicóloga e investigadora en este campo. Ha vivido en varios países, pero fue en Inglaterra donde realizó su máster en neurociencia, donde terminó la carrera y donde fue asistente en psicología. Ya en España, realizó otro máster en psicología clínica en la Complutense, la universidad en la que actualmente está cursando su doctorado. Una amplia trayectoria académica que, sin embargo, no le ha cortado las alas para emprender.
“En el primer máster ya atendía a pacientes pero empecé a ver desde dentro las dificultades de los psicólogos en el sector. Sobre todo, falta de información por falta de recopilación. En medicina, por ejemplo, cuentan con medicina de precisión. ¿Y nuestro sector? Si la medicina va en Ferrari, la psicología va en patinete. Hay que tener una visión más digitalizada”, declara la psicóloga con respecto a la tecnología de uno y otro sector.
Durante una estancia en EEUU -donde consiguió una beca en Harvard y en la Universidad de Massachussets, Zangri descubrió toda la transferencia científica que había en el país. “Nosotros no tenemos esa precisión, no se aplica en psicología, y no es por falta de ganas”. Allí, al parecer, muchos de sus compañeros eran emprendedores algo que en Europa no se fomentaba. Ella veía que las personas se movían de forma muy orgánica y se organizaban a través de las empresas.
Fue ahí cuando se planteó la idea de que sus pacientes tuvieran aplicaciones para la psicología. “Muchas no arreglan el problema, así que me junté con Pablo Roca, mi cofundador, que también estaba en una estancia en Harvard y nos entró el gusanillo del emprendimiento”, indica.
Qué es Medea Mind
Aunque no estaba en sus planes, ni por formación ni por vocación, fundó Medea Mind, un partner estratégico que lleva la ciencia y la tecnología a la práctica de cualquier psicólogo. Más allá de la facturación, calendario o correos aportan herramientas clínicas. Todo lo que tiene que ver con esa práctica lo hacen ellos y es un trabajo no remunerado que quita mucho tiempo.
“Con Medea apoyamos al psicólogo a aumentar la eficacia clínica con decisiones basadas en datos. En el minuto uno se hace una evaluación inicial del paciente, se informa de manera rápida para tener un punto en común. Queremos que sea transparente, y para que pueda ir monitorizando esas decisiones basadas en toda la intervención, mientras nuestra IA va informando de los cambios clínicos”, señala Zangri.
“Hay que imaginarlo como un copiloto, el psicólogo es quien lleva el vehículo, pero el copiloto va avisando. Es más seguro, más competitivo y tiene más confianza ante sus pacientes”, asegura.
