La importancia española en CHEOPS (el Satélite para la Caracterización de Exoplanetas, en español) ya se deja notar desde el lugar donde se está ultimando su construcción– la sede de Airbus en Madrid–. Pero hablar solo de eso sería injusto, ya que este es el primer satélite científico de la Agencia Espacial Europea (ESA) desarrollado y fabricado en España. Su objetivo, cuando sea lanzado al espacio a principios del 2019: estudiar, durante al menos tres años y medio, los movimientos de los exoplanetas que orbitan alrededor de estrellas brillantes cercanas más allá del Sistema Solar, y analizar sus características.
Así, los últimos organismos en unirse a esta iniciativa tan española han sido el Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales (FADA-CATEC) y la compañía CiTD, que han desarrollado piezas clave del mecanismo que permite conectar el útil de izado de los paneles solares que tiene dicho satélite. Esto es: debido a los procesos de ensamblaje e integración, los útiles de este mecanismo quedan bloqueados tras el ensamblaje, lo que supone una importante penalización para el peso de satélite. Pero lo más importante es que han desarrollado un conjunto de ocho piezas de vuelo biónicas fabricándolas con impresión 3D –recordar que FADA-CATEC es especialista, entre otras cosas, en drones y en impresión 3D–. Este hecho ha supuesto que se reduzca en un 50% su peso, optimizándolo.
Según el doctor Fernando Lasagni, jefe de la División de Materiales y Procesos de FADA-CATEC, “la importancia de estos nuevos componentes radica no solo en que han sido desarrollados y fabricados a través de una tecnología nueva para el sector espacial como es la fabricación aditiva o impresión en 3D, sino lo que supone en cuanto a la reducción de su peso. En el espacio, el peso es una cuestión vital, y reducir el peso de los componentes de un satélite o un cohete significa una importante reducción de costes y la posibilidad de aprovechar ese mismo peso para otro componente o aplicación”.
Para él, esto es “un salto más” en la aplicación real de la impresión 3D al sector aeroespacial, donde su centro se ha convertido en un “referente internacional gracias a la producción de piezas de este tipo tanto para la industria espacial, en lanzaderas y cohetes, como para la industria aeronáutica, ya integradas en aviones civiles y militares”.
Por otro lado, Marta García-Cosío, directora de la División Aeroespacial de CiTD, explica que, como ingenieros, “la impresión 3D nos permite diseños más libres y optimizados, capaces de dar la solución optima en términos de masa y plazos de entrega. Hoy en día somos capaces de llegar a las mejores soluciones técnicas que hasta ahora no se podían fabricar”.